En 2017, un medio digital noruego lanzó una prueba interesante a sus lectores. Para poder comentar la noticia, había que responder a tres preguntas sobre ... su contenido. El objetivo era asegurarse que se había leído el texto antes de escribir sobre él. La Fundeu define el 'cuñadismo' como la tendencia a opinar sobre cualquier asunto, queriendo ser más listo que los demás. Las páginas de comentarios de algunos diarios estaban repletas de 'cuñados digitales', que ahora han dado el salto a las redes sociales y las 'fake news'. Una vez que adoptan un bulo como refuerzo de sus creencias, entra en juego su ego: no pueden errar porque no serían los más listos del grupo de WhatsApp.
La ONU ha lanzado una campaña contra la infodemia. El reto es pararse y pensar antes de compartir un bulo. Igual que sería lógico conocer un tema antes de opinar, habría que calcular las consecuencias de difundir falsos remedios caseros o teorías conspiratorias. ¿Cuántos de esos cuñados, empeñados en explicar la pandemia, podrían responder correctamente tres preguntas sobre la Covid-19?
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