Juan Roig ha afirmado que los empresarios no deben sentir vergüenza por ganar dinero. No he sentido jamás el prurito de ejercer de patrón; a ... decir verdad, me faltaron los arrestos necesarios para dar ese paso ya que ser empleado resulta infinitamente más cómodo y tranquilo que ser empleador. ¿Por qué alguien desea dar ese paso?. Evidentemente, uno de los factores que priman es el deseo de ganar dinero, cuanto más mejor; ¿Podemos criticarlo? Nadie puede negar que cuanto mejor le vaya al empresariado, los trabajadores se sienten más seguros ya que sus puestos de trabajo no solo no corren peligro, sino que las plantillas aumentan. Ganar dinero, mucho dinero honradamente no debe escandalizar a nadie: debe ser motivo de admiración y sana envidia. Incluso Jesús echó mano de la hipérbole del rico y el camello para entrar en el reino de Dios. Nadie puede dudar que tanto el empresario como el obrero ganan el pan con el sudor de sus frentes; unos trabajan ocho horas, incluso menos, mientras que los otros, pequeños, medianos y grandes, no tienen horario; sus cuerpos y mentes no se desactivan. «No nos falta valor para emprender ciertas cosas porque son difíciles, sino que son difíciles porque nos falta valor para emprenderlas», Séneca dixit.
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