Noche ochentera
Viene a tocar Offspring directamente desde 1994 hasta Santo Domingo de la Calzada en este verano en el que Ramón García vuelve a Televisión Española ... con el 'Grand Prix' mientras en los cines se proyecta la última película de Indiana Jones. No es casualidad este revival, acaba de ocurrir con 'Allá tú', reestrenado en Telecinco casi veinte años después con un éxito de audiencia tan notable como el aspecto de Jesús Vázquez; el tipo debe de tener un retrato envejeciendo en algún trastero.
Una parte de la industria cultural de masas lleva tiempo instalada en la nostalgia, escarbando en cualquier yacimiento del pasado para extraer de ahí viejas pepitas de oro que ofrecer en el presente. Pienso en estas cosas y en cómo ponerlas en orden en el periódico mientras pasa un coche con las ventanillas bajadas de las que sale al aire caliente de julio la última canción de Aitana. Es vieja y nueva a la vez, la versión estilizada del 'Saturday Night' que sonó por todas partes a mitad de los noventa, aquellas coreografías en las plazas de los pueblos: los brazos así, saltito, palmada, acordes de piano discotequero y vuelta a empezar. Umberto Eco explicó que la cultura se transmite gracias a un equilibrio entre redundancia e información nueva, pero no sé si se refería a productos como el que vuela por las ventanillas de ese coche que se aleja, quién sabe.
Hay toda una generación que, llegado un momento, no ha querido renunciar a cierta clase de ocio como hicieron sus padres y sus abuelos, y a ellos se les ofrece hoy en versión idealizada una época de sus vidas. A esa abstracción del pasado se abrazan también generaciones más jóvenes hartas de promesas sobre un bienestar que nunca llega, cansados de la eterna sensación de estafa por un porvenir que sólo les ha ofrecido una crisis detrás de otra, como escribe Ana Iris en 'Feria'. Por eso la política, que es otro artefacto colectivo, está hoy atravesada por la flecha de la nostalgia. No es un fenómeno nuevo, pero habrá que abordar un día la colección de motivos por los que tanta gente compra ese relato emocional en contra del mundo moderno.
Así que en los cines Indiana Jones sigue huyendo de los nazis y revienta la taquilla como hizo hace nada Tom Cruise con la segunda parte de 'Top Gun'. Por los bares atruena 'Noche ochentera' y en el salón C. Tangana se sienta a la sobremesa a trapear rumbas, boleros y bachatas brindando por Pepe Blanco. Los chavales se enganchan a la nueva versión de 'Humor Amarillo' y vuelve el 'Grand Prix' sin vaquilla. Porque no es el pasado pero se le parece igual que un espejismo se parece a la realidad. Un sueño del que, por muchos motivos, no se quiere despertar.
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