Apareció una tarde tras una jornada lluviosa. Salíamos a aplaudir cuando observamos que subía por la pared con una fuerza inusitada. Como si tuviera prisa. ... Era la primera vez que veíamos un caracol en nuestra terraza. La decisión fue unánime. Le llamaríamos Esperanza.
Nos cogió la orden de confinamiento sin haber comprado las plantas que todos los años ponemos en la terraza. Las flores, la naturaleza, sin embargo, nos han vuelto a dar una lección. Su vida ha seguido. Las semillas que transportó el viento de maceta a maceta han germinado y florecido. No son muchas, pero colorean nuestra terraza. Le dan fuerza. Igual que a nosotros nos dan fuerza los aplausos. No sólo a los sanitarios. Salir a aplaudir y mirarnos a la cara y ver cuánta vida (y cuántas ganas de vida) hay en las casas nos da fuerza.
El improvisado 'speaker' del edificio de enfrente empalma 'Resistiré' con 'Si yo tuviera una escoba'. El 'Himno a Logroño' cierra el repertorio. 'La Rioja es mi tierraaaaa...' corea la calle peatonal, y un saxofonista se viene arriba con la 'Jota de Logroño'. El día alarga. Y dos superheroínas que apenas suman la quincena le dejan un trocito de lechuga a Esperanza, por si le apetece picar algo.
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