La alarma logroñesa
DAME BARRO QUE SOY NAVARRO ·
La última semana de octubre siempre me genera dudas existenciales. No llevo bien lo del cambio de hora. También me pasa en marzo, pero ahí ... llega la primavera y uno lo ve con otros ojos. Porque un navarro es un ser de costumbres y tradiciones. Los cambios no los llevamos bien. Sobre todo si tocan nuestros fueros. Ya sabéis... como dicen en la película Braveheart, un navarro tiene por bandera la frase: «¡podéis quitarme la vida, pero no la fiscalidad!»
Así que ando inquieto esta semana por lo del horario de invierno y el aumento de una hora de vida así por las buenas. Que encima trabajo. La tendré que pasar en esta tierra hostil que me da de comer y beber. Esta Rioja (La) que también sufre estar al oeste del meridiano de Greenwich y no tiene el verdadero horario que nos corresponde, el de nuestros amigos portugueses, los de Brexit y los canarios acostumbrados a lo de «una hora menos».
Cambiaré mis relojes el domingo. Antes lo hacía sincronizándolos a las doce de la mañana que no había que madrugar. Y utilizaba de referencia la sirena esa que anunciaba un ataque aéreo en Logroño: La bocina del Espolón.
Que sé que era algo muy vuestro, muy logroñés, muy riojano. Y hay que andar con pies de barro navarro para lanzar una crítica a la bocina. Pero señores, cuando lo escuché por primera vez hace unos añicos, sentí un miedo atroz.
Pensaba que era un aviso de la llegada de un ataque aéreo, una bomba atómica o un aviso al estilo... «Los sorianos de las tierras altas, los vascos riojanoalaveses, los de Aragón y sus cinco villas o los de las zonas costeras del Ebro navarro nos atacan. ¡Protegeos!».
Pero no era así. Era para avisar a los trabajadores que había que irse a casita. Ese sonido interminable que se metía en tus entrañas era como un 'irrintzi' riojano, un «¡ala a casa pues!»....Una forma de expresar vuestra identidad castiza que un vecino, seguramente extranjero no entendió. Que también vosotros marcáis vuestra identidad con el tiempo. A las doce todos os sentíais riojanos.
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