Gabriel Rufián (ERC) e Ione Belarra (Podemos) dialogan durante una comisión parlamentaria. EFE

El traspaso de competencias migratorias a Cataluña fractura al bloque de investidura

Podemos tacha de «gilipollez» la acusación de Junts de «anticatalanismo» mientras IU no revela el sentido de su voto

Miguel Ángel Alfonso y Cristian Reino

Madrid | Barcelona

Lunes, 22 de septiembre 2025, 14:08

El debate este martes en el Congreso sobre el traspaso de las competencias de inmigración a Cataluña que PSOE y Junts pactaron en marzo ... no solo va camino de convertirse en otra derrota para el Gobierno, también amenaza con fracturar a un bloque de investidura ya tensionado por el antagonismo que exhiben entre sí los partidos que sentaron a Pedro Sánchez en La Moncloa. La cuestión enfrenta especialmente a Junts y a Podemos –que ha anunciado que sus cuatro diputados, junto a PP y Vox, van a tumbar una proposición de ley que tacha de «racista»–. Yparalelamente ha abierto una brecha en el grupo parlamentario de Sumar por las dudas que esta iniciativa genera en Izquierda Unida, que también ve elementos «xenófobos» en la exposición de motivos de la misma. Una nueva grieta en el espinoso proceso de reunificación de la izquierda.

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El problema para Moncloa es que el tiempo juega en su contra y no tiene tiempo para entrar en lo que considera un debate bizantino. Más allá del debate político, necesita sacar adelante esta delegación de competencias a Cataluña para allanar el camino a los Presupuestos Generales del Estado. Una medida convertida en exigencia de primer nivel por parte de Carles Puigdemont, que percibe como Aliança Catalana o Vox están comiendo terreno a Junts en Cataluña, según las últimas encuestas, al monopolizar la bandera antiinmigración.

PSOEy Sumar también observan con preocupación, en la otra banda del tablero, la postura de un Podemos instalado en la «oposición frontal» desde hace meses. Los morados salieron este lunes en tromba contra el secretario general de Junts, Jordi Turull, que el sábado acusó a la formación morada de «catalanófoba» por oponerse a la delegación de las competencias de inmigración a la Generalitat. Su portavoz, Pablo Fernández, tachó de «infame», «estúpido» y una «absoluta gilipollez» que se les acuse desde anticatalanistas. Fernández, en rueda de prensa, volvió a confirmar que su partido se opondrá a la toma en consideración de la propuesta. En la misma línea, el exvicepresidente segundo y exlíder de la formación, Pablo Iglesias, mandó a la «mierda» a los independentistas. En RNE, recordó que él mismo fue a la cárcel a visitar a Jordi Sànchez, Jordi Cuixart u Oriol Junqueras y que mantuvo interlocución con Carles Puigdemont. «Pueden irse a la mierda los que están compitiendo con los fascistas de Aliança Catalana, con propuestas abiertamente racistas y nos llaman catalanófobos», zanjó.

ERC, mientras, intenta convencer a Podemos de que «se equivoca» al rechazar la delegación de competencias. Según los republicanos, no se puede cuestionar un traspaso competencial en función de quién vaya a gestionar esa delegación. Y puso el ejemplo del conjunto del Estado. «Quien puede acabar gestionando la políticas de inmigración es Vox», señaló el portavoz de ERC, Isaac Albert. «No se entiende que un partido confederalista como Podemos no esté de acuerdo en el traspaso de competencias»,

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Puigdemont, por su parte, reunió este lunes a la cúpula de su partido en Waterloo (Bélgica), para hacer balance de la última reunión con los socialistas, en el marco de la mesa de Suiza. La reunión con José Luis Rodríguez Zapatero concluyó sin avances y en Junts insisten en que en otoño pasarán cosas en torno al futuro de la legislatura española, que Sánchez tiene que mover ficha y que la prórroga al Gobierno está llegando al final.

Fragmentación en Sumar

Dentro del Gobierno, el ministro de Cultura y portavoz de Movimiento Sumar, Ernest Urtasun, también negó las acusaciones de racismo vertidas por Podemos y recomendó a sus diputados «leerse bien» la propuesta, cuyos 13 artículos son, en su opinión, «un mero traspaso competencial». «Me gustaría que todos los partidos que tienen que votar se la lean, que los que la acusan de racistas me digan que artículo es. Hay que ser riguroso», zanjó.

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Sin embargo, el grupo parlamentario magenta está lejos de permanecer cohesionado en la votación. La secretaria de Organización de IU, Eva García Sempere, afirmó por la mañana que su formación no tiene concretado aún el sentido de voto de sus cinco diputados. «Desde IU aún no tememos aún un sentido de voto que podamos trasladar y que esté confirmado. Frente a algunas cuestiones, se anunciará antes de la votación», agregó.

Los morados, junto con PP, Vox y Unión del Pueblo Navarro (UPN) suman 175 votos, justo la mitad de los 350 escaños que componen el hemiciclo. Si Podemos no cambia de postura, la iniciativa decaería aún en el caso de que recabara el apoyo los 175 de PSOE, Sumar y todos sus socios (incluidos Àgueda Micó, de Compromís, y el exministro José Luis Ábalos, ambos en el Mixto). El Reglamento del Congreso establece que si hay un triple empate, el texto se da por rechazado.

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Además, está por ver si en el caso de Sumar hay o no fugas. El diputado de Compromís adscrito al grupo plurinacional, Alberto Ibáñez, dijo en su día que no podía votar a favor de una propuesta que, a su juicio, provocaba que la agenda política sobre la migración gire a las posiciones de la «extrema derecha y el racismo».

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