El logo del Banco Sabadell en una oficina de Barcelona. AFP

El Gobierno y el Govern reaccionan con «respeto» al fiasco de la opa, saludado con alegría por Puigdemont

«El intento de acabar con el sistema bancario de Cataluña ha fracasado», se felicita el expresidente catalán

Cristian Reino

Barcelona

Jueves, 16 de octubre 2025, 21:23

Las primera reacciones al fracaso de la opa de BBVA sobre Sabadell, a la que se oponía el Gobierno de Pedro Sánchez y que ... había suscitado un rechazo casi unánime en el ámbito político y empresarial de Cataluña, han basculado entre la prudencia por parte del Ejecutivo central y del Govern de Salvador Illa y el alborozo de Carles Puigdemont. Fuentes del Ministerio de Economía expresaron a última hora su «respeto absoluto» por la decisión de los accionistas del banco catalán, a los que les correspondía «valorar la operación». Una declaración completada con la constatación de que todos los «supervisores y autoridades involucradas» en el proceso, como el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), ha sido «impecable». Más explícita ha sido la vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y dirigente de Sumar, Yolanda Díaz: «Es una buena noticia para el país», ha evaluado el fin de la operación.

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Por su parte, Salvador Illa ha destacado que el «desenlace» de la oferta «confirma lo que siempre hemos defendido: un sistema bancario adaptado a la realidad de Cataluña y de su tejido empresarial». Asimismo, tal y como ha hecho el Gobierno, ha valorado el «papel ejemplar» que a su juicio han desempeñado los órganos y autoridades reguladoras. «Ahora es necesario mirar adelante», según el presidente catalán, que ha señalado que el Govern cuenta con el «papel importante» que tanto el BBVA como el Sabadell «deben seguir teniendo para generar progreso y prosperidad en Cataluña».

«El intento de acabar con el sistema bancario de Cataluña ha fracasado», ha asegurado también en redes sociales el líder de Junts, Carles Puigdemont. «Era importante que la opa no prosperara», se ha felicitado. Y ahora es «aún más importante» que el Sabadell refuerce los vínculos con el sistema económico y social de Cataluña, ha aseverado. «Es la mejor prevención para futuras tentaciones de absorción», ha rematado.

En la misma línea, el líder de ERC, Oriol Junqueras, ha asegurado que el «fracaso de la opa» es una «buena noticia para Cataluña». «Ahora, el Sabadell tendrá la oportunidad de ser más útil que nunca a la economía catalana. No podemos dejar perder las oportunidades que se derivan, también para el conjunto de la sociedad. Que así sea», ha señalado. Las patronales catalanas Foment del Treball y Pimec han valorado «muy positivamente» el resultado de la operación.

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La huella del 'procés'

El presidente del Gobierno y el presidente de la Generalitat se la jugaban con la operación. En este caso, Cataluña ha ido casi a la una en todo el proceso. En el caso de los dirigentes socialistas, estaba en riesgo su apuesta por la normalización política de Cataluña y su estrategia de pasar página a los años convulsos del 'procés'. El regreso de las empresas que marcharon despavoridas tras el 1-O de 2017 era uno de las principales ejemplos de que Cataluña entraba en una nueva fase, después de la llegada de los socialistas al Palau de la Generalitat.

El Sabadell debía actuar de punta de lanza. Si tras la vuelta de la entidad vallesana, hacía las maletas de nuevo y además a Madrid, en esta ocasión por otras razones, el relato gubernamental, de la Moncloa y del Palau de la Generalitat, podía quedar tocado.

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En la operación, estaba también en juego la estabilidad del Gobierno. Junts llevaba meses presionando a Sánchez y a Illa para que de ninguna manera autorizaran la salida del Sabadell de Cataluña. Los de Puigdemont habían intensificado en las últimas semanas la ofensiva y hasta habían llegado a exigir al Gobierno que no autorizara la opa si la operación no llegaba al 50% del capital social del Sabadell.

Los nacionalistas se preparan para tomar una decisión sobre si rompen o no con Sánchez y por lo que pudiera pasar con la operación financiera, de entrada ya acusaban a Illa de cierta tibieza a la hora de defender los intereses de la entidad catalana. En cualquier caso, donde se la juegan definitivamente tanto Sánchez como Illa, a riesgo de quedarse un año más sin presupuestos, es en la negociación de la financiación singular.

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El soberanismo catalán, a diferencia del vasco con el BBVA, ha cerrado filas en torno a la entidad con sede en Sant Cugat del Vallès. Pero no solo el nacionalismo. La cuestión es que buena parte del poder político y económico catalán ha defendido la autonomía del Sabadell. Desde patronales, sindicatos, organizaciones profesionales o 'lobbys' como el Cercle d'Economia, todo el 'establishment' catalán ha defendido la autonomía del Sabadell y ha planteado la operación en clave de país, como una defensa de un pilar básico de la economía catalana.

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