Las discotecas ibicencas, famosas en todo el mundo por sus fiestas, reúnen a miles de turistas cada noche. R. C.

Emergencia: el turismo de fiesta satura las ambulancias en Ibiza

Las llamadas de urgencia de las macrodiscotecas, a altas horas de la madrugada y por casos relacionados con el abuso de drogas y alcohol, colapsan el servicio y dejan sin atención a los residentes

Alin Blanco

Sábado, 26 de julio 2025, 12:59

Han pasado once años, pero todavía se recuerda en Ibiza el caso del joven italiano que, tras una noche de juerga, perdió un brazo en ... un accidente cuando viajaba en el asiento trasero de un coche con medio cuerpo sacado por la ventanilla. El herido, en estado de embriaguez, no se percató de lo ocurrido hasta que la Policía dio el alto al vehículo, que tras chocar contra una valla continuó la marcha cuatro kilómetros más. Aunque llamativo, no es más que uno de los numerosos episodios a los que se enfrentan a diario los equipos de emergencia en la isla. Todo un desafío que plantean los grandes centros de ocio nocturno, que amenazan con saturar el servicio de ambulancias por la cantidad de incidentes que registran en temporada alta. Son discotecas gigantes, que reúnen a miles de turistas -algunas con capacidad para entre 5.000 y 10.000 personas- y en los que se generan situaciones de urgencia que debe atender la red sanitaria pública, ya colapsada.

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La joya del Mediterráneo recibió el año pasado a más de 3,6 millones de turistas, muchos de ellos atraídos por su popular vida nocturna, un sector que no para de crecer. A su amplia y consolidada red, con clubes como Es Paradís, Edén, Lío, Ibiza Rocks, Amnesia, Chinois, Destino, Ushuaïa o Hï, que congregan a miles de asistentes cada temporada, se ha sumado este año [UNVRS], un 'hiperclub' con capacidad para cerca de 10.000 personas, el mayor del mundo. Para completar la propuesta de ocio, la más grande de las Pitiusas cuenta con numerosos 'beach clubs' repartidos por el litoral ibicenco, como Blue Marlin, Nikki Beach, Nassau, O Beach o Playa Soleil, entre otros.

El auge de estos inmensos espacios de ocio repercute de manera directa en los servicios públicos de emergencia. Según denuncia el sindicato USAE, los traslados urgentes que se solicitan desde las discotecas generan una sobrecarga de los recursos destinados a atender a los 160.000 residentes permanentes de la isla. Los trabajadores de la empresa pública que se encarga de las ambulancias, GSAIB, advierten de que las llamadas de emergencia relacionadas con los asistentes a estos locales se han vuelto tan frecuentes que el servicio no puede hacer frente a la demanda.

Uno de cada tres traslados son solicitados por los clubes, según los datos que maneja USAE. «En ocasiones, vamos a la misma discoteca tres o cuatro veces en una misma noche», asegura José Manuel Maroto, representante de la central sindical. «Hay locales a los que tenemos que ir a recoger a una persona ebria todos los días», lamenta. Las solicitudes llegan a altas horas de la madrugada y suelen estar relacionadas con la ingesta excesiva de alcohol, pero sobre todo con el consumo de drogas.

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Las sustancias de moda

Ir de discotecas por Ibiza no resulta barato. El precio de la entrada puede alcanzar los 100 euros y las copas, hasta 25, lo que, según Maroto, incentiva el consumo de drogas experimentales, porque suponen «una alternativa más barata». La activa vida nocturna y la imagen desenfadada que ofrece la isla llevan años vinculadas al uso de estupefacientes y, pese a ser ilegales, «se consumen de todo tipo», lo que ha agravado la crisis. Tanto es así, que cada año, antes del inicio del verano, el personal sanitario trata de predecir cuáles serán las sustancias «de moda» de la temporada, para contar con los tratamientos adecuados.

Copas a 25 euros

El elevado precio del alcohol incentiva el consumo de drogas, una opción más barata

La normativa obliga a los clubes nocturnos a disponer de personal sanitario, como enfermeros y técnicos de emergencias. Pero, denuncian desde USAE, no existe la misma exigencia respecto a la presencia de ambulancias privadas. Una situación que provoca que, en caso de urgencia, los traslados recaigan en el sistema público, que se encuentra al límite.

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Las discotecas, por su parte, cumplen con la normativa vigente. Sin embargo, el sindicato critica que los requisitos no sean proporcionales al riesgo. Y pone como ejemplo los eventos deportivos, a los que, por lo general, asiste un público saludable y físicamente preparado. En estos casos, e incluso para concentraciones de apenas 300 personas, se exige la presencia de una ambulancia con Soporte Vital Avanzado. En cambio, en los clubes que reúnen a miles de asistentes, donde el consumo de alcohol y drogas es «elevadísimo», solo se requiere la presencia de un equipo sanitario. De todas las discotecas que abren sus puertas en la isla, DC10 es la única que cuenta con un servicio propio para traslados de emergencia.

Una ambulancia acude a auxiliar al conductor un coche volcado. R. C.

«Es injusto que los locales nocturnos, que ganan millones de euros al año, estén derivando este problema al sistema de salud público», critica Maroto. «Al final, la factura la pagan los residentes con sus impuestos», lamenta. Y lo que es peor, son los propios residentes los que sufren las consecuencias del trajín de traslados que genera el ocio nocturno. Porque, señalan los profesionales, las llamadas que reciben de los clubes suelen ser de «alerta prioritaria», ya que a menudo el paciente se encuentra inconsciente y existe el riesgo de que pueda sufrir un paro cardíaco o incluso morir. Por eso las asistencias que solicitan los vecinos de la isla, a menudo quedan relegadas y se atienden tras una larga espera.

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Así lo corroboran los ibicencos, quienes denuncian que los servicios de emergencia no llegan a acudir a sus llamadas. Maroto no lo oculta y admite que, en ocasiones, «se deja de atender, por ejemplo, a un señor mayor que se ha caído en su casa y sufre una posible fractura de cadera». «Lo demoramos para asistir primero a la llamada más urgente, que muchas veces viene de los clubes».

Normativa insuficiente

La ley obliga a los clubes a contratar personal sanitario, pero no a tener ambulancia propia

Atender las reclamaciones que hacen las macrodiscotecas no siempre resulta fácil. Según denuncian los trabajadores, suelen ser situaciones especialmente complicadas debido a la gravedad del paciente, pero también por el entorno de abuso de estupefacientes en el que se producen, lo que puede provocar momentos de especial conflictividad. «En muchas ocasiones tenemos que inmovilizar a los atendidos por precaución. Y soportar agresiones y situaciones de mucho peligro», se duelen los sanitarios.

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Aunque se ha intensificado en los últimos tiempos, la precariedad del servicio viene de lejos. Los sindicatos llevan años denunciando que las prestaciones se realizan en condiciones deficientes. Hay pocas ambulancias y la falta de mantenimiento de las mismas agrava la situación. «Muchas tienen el aire acondicionado estropeado y vamos a dejar de utilizarlas, porque no hay sombra donde aparcarlas y la temperatura es insoportable. No se puede trabajar ni atender a pacientes en ellas». Dos vehículos ya presentan fallos. «Y no hay de reserva».

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