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Hernanes (i) y Neymar celebran un gol contra Croacia.
Nishimura rescata a Brasil
Primera Fase

Nishimura rescata a Brasil

Neymar y el árbitro japonés hunden a los croatas y permiten la injusta remontada del anfitrión

Ignacio Tylko

Jueves, 12 de junio 2014, 12:23

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Escándalo inaugural en el inacabado Arena Corinthians de Sao Paulo, donde el japonés Yuichi Nishimura adquirió su cuota de protagonismo en este Mundial al inventarse un penalti que indignó a los croatas y permitió un inmerecido triunfo de un Brasil mediocre. Fred ejerció de veterano estando de espaldas a la portería, Lovren ni le rozó y el juez la lió. Ya en el inicio de la segunda mitad, los de Kovac le reclamaron una pena máxima por derribo a Olic que no repitieron ni en los videomarcadores, ni en los monitores del estadio. Signos inequívocos de que algo ocurrió.

Fue un mal partido resuelto por Neymar, autor de dos goles y el único jugador puramente brasileño en su técnica y estilo sobre el césped, y el negro protagonista, que cerca del final no dio validez a un tanto visitante por falta previa al portero Julio César de esas que habría que haber visto en la otra área. Siempre que hubo dudas, pitó a favor de Brasil.

Sobrecogidos quizá por la respuesta enorme de la 'torcida' al himno brasileño y atenazados por ese exceso de responsabilidad que siempre supone estrenarse como anfitriones, los de Scolari fueron una calamidad en el comienzo. Paulinho y Luiz Gustavo, dos de los pretorianos del particular técnico, perdieron el centro del campo porque Modric y Rakitic les quitaron el balón.

Tiene enorme mérito que una selección como la croata, que ni por asomo es de las grandes, apueste en el eje por dos futbolistas creativos y no por los modernos pivotes de contención. Tenía razón Niko Kovac cuando garantizó que los soldados balcánicos saldrían con osadía al campo de batalla. Miraron de frente al enemigo, sin arrugarse en el inicio de las hostilidades.

Además de ganar el balón en el centro del campo, los arlequinados supieron cómo entrar por los costados, donde tanto Dani Alves como Marcelo atacan más que defienden. Además, ni Hulk ni Oscar les ayudaron en exceso. No es ninguna sorpresa para los seguidores habituales de la Liga española ver que a los laterales del Barça y el Madrid les ganen la espalda.

En el arranque, el viejo Olic, ya con 34 años, fue un peligro constante. Tambien Perisic, su compañero en el Wolfsburgo alemán. Dieron dos o tres avisos antes de la jugada del gol. Marcelo tuvo muy mala suerte, ya que desvió a su propia meta un disparo pifiado de Jelavic, pero la acción desnudó las carencias defensivas de la 'Canarinha'. Thiago Silva tuvo que salir para tapar los huecos dejados por Alves, y Olic centró a placer.

Con el marcador en contra y el estadio en silencio, los locales sufrieron unos minutos de desasosiego. Sin continuidad y sin ideas, fiaban todo a acciones aisladas e individuales. Neymar mostraba entonces signos de impotencia y se ganaba una amarilla por dejar el brazo a Modric y provocar un amago de tangana, ya que los de Niko Kovac se fueron a por él para presionar el árbitro japonés.

A partir de ahí, sin embargo, el azulgrana impartió una lección de juego, liderazgo y compromiso. Activo y con gran personalidad, buscó una y otra vez el balón y se echó a su equipo a la espalda. Con sus gambeteos y cambios de ritmo, empezó a resquebrajar a los croatas, hasta entonces de lo más tranquilos. Los brasileños distraían por fuera para aparecer por dentro.

Pletikosa, cada vez más presionado bajo los palos por Zelenika, 14 años más joven que él, dio varias de cal y una de arena. Gracias a su experiencia y colocación salvó algunos disparos peligrosos, pero luego estuvo lentísimo para tratar de desviar el disparo de 'Ney' que sellaba el empate. El '10' lo hizo todo tras una pérdida de los croatas en el centro del campo. Se internó y la cruzó desde fuera del área. No la golpeó del todo bien, pero el balón entró lentamente tras pegar en el palo. Lo celebró junto a todos los integrantes del banquillo, con Felipao a la cabeza. Neymar, sin duda, cambió la dinámica del duelo inaugural. Jugó con plena libertad y dejó patente que en la 'verdeamerela' es el líder natural, la estrella reconocida y señalada por todos. Juega como lo hace Messi en el Barça, no tirado a la banda como tuvo que actuar con el Tata Martino en su primer curso de azulgrana.

Unos y otros se lo tomaron con calma tras la reanudación. Los brasileños le habían visto las orejas al lobo y a los croatas les faltaba fuelle, sobre todo a Olic. Como no sucedía nada, el árbitro japonés decidió erigirse en protagonista y llevar en volandas al poderoso. Ya no estaban Paulinho y Hulk en el campo cuando se inventó un penalti de Lovren sobre Fred en una jugada en la que no hubo ni contacto. Pletikosa le adivinó la intención a 'Ney' pero puso las manos lo suficientemente fuertes. Brasil resuelve gracias a su estrella y al trencilla. Y Scolari se llevó una gran pitada por quitar a Neymar y dar entrada a Ramires. Por algo presume de tomar decisiones. El gol postrero de Oscar fue anecdótico y volvió a dejar en evidencia al abuelo Pletikosa.

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