El Ibiza cumple treinta años

Seat comenzaba a dar sus primeros pasos en solitario. Había roto su vinculación a Fiat y en el Salón del Automóvil de París de ese año presentó la que fue una de sus primeras creaciones en solitario: el Ibiza.

Para poder desarrollar en solitario, Seat tuvo que buscar otras alianzas que sustituyeran la ayuda que, hasta hacía poco, le prestaba Fiat.

Para las cuestiones de diseño se puso en manos de Giorgio Giugiaro (el diseñador del exitoso Golf), de la carrocería se encargó Karmann y de los motores, Porche. No obstante, también hubo elementos que, procedentes de otros modelos como el Ronda, tuvieron que ser adaptados para aprovechar las líneas de producción de Seat en su planta de la Zona Franca barcelonesa.

El éxito fue casi inmediato, aunque pronto se descubrieron ciertos aspectos mejorables, como el excesivo peso del vehículo. El vehículo presentado en París y que protagonizó la primera generación únicamente contaba con una carrocería de tres puertas (la de cinco comenzó a producirse en 1986) y destacaba por un diseño novedoso con mucho cristal en la fisonomía del vehículo.

La llegada del Ibiza dio nuevas energías a la cadena de producción de la compañía en la Zona Franca de Barcelona. Con una oferta de motorizaciones que iba desde los 44 CV hasta los 100 CV en la versión de gasolina, y el eficaz propulsor de 55 CV en la mecánica diésel, el Ibiza ejerció un destacado poder de atracción entre los usuarios, tanto españoles como extranjeros, ya que el número de exportaciones fue muy significativo, llegando incluso a superar la barrera de las 119.000 unidades en 1990.

En 1988 se fabricó el primer Ibiza con carácter deportivo, el Ibiza SXI, que con sus 100CV fue el precursor de los actuales Cupra y FR.

Después de siete años en el mercado, en 1991 se realizó una profunda remodelación del modelo denominada NewStyle, afectando principalmente al diseño del frontal (más redondeado y aerodinámico, con nuevos paragolpes y spoiler) y estrenó la versión Sport Line que alcanzó los 110 CV.

En el Salón del Automóvil de Barcelona de 1993, Seat presentó la segunda generación del Ibiza, que había de seguir la misma línea exitosa de la primera. Esta segunda generación se hizo Volkswagen, lo que a un coche tremendamente popular le añadió la etiqueta de calidad que acompaña a todo el grupo Volkswagen.

Este nuevo Ibiza combinaba un total de seis motores (gasolina, diesel y turbodiesel) con carrocería de 3 y 5 puertas, y fue el primer modelo de su segmento que ofrecía un motor TDI de 90 CV, mientras que tres años después, en 1996, hacía lo propio equipando en esa ocasión el motor de 110 CV, convirtiéndose a su vez en el propulsor Diesel más potente de su segmento. Dos años antes, en 1994, aparecía la versión GTI ahora conmotor 1.8i 16v de 130 CV, la variante más deportiva hasta ese momento.

La adaptación de los primeros propulsores turbodiésel, el rediseño que firmó nuevamente. Giugiaro y la buena imagen que le acompañaba hizo que esta segunda generación aún superara las grandes cifras de la primera y alcanzarael millón y medio de unidades vendidas.

La tercera generación de este exitoso vehículo llevó la firma de Walter da Silva en el 2001. Éste fue el primer modelo de la marca en incorporar el concepto Chasis Ágil, desarrollado por el Centro Técnico de Martorell, y también elevó el listón de la potencia con los motores Diesel hasta los 130 CV.

En el 2004, el Ibiza celebró por todo lo alto su 20º aniversario, con más de 3,3 millones de unidades fabricadas y con la aparición de dos nuevas versiones deportivas que posteriormente se convertirían en santo y seña de la marca española: FR (acrónimo de Fórmula Racing), con los motores 1.9TDI de 130 CVy 1.8 turbo de 150 CV, y CUPRA, que incorporaba la mecánica diésel más potente de su segmento gracias al propulsor 1.9 TDI de 160 CV. También en la variante de gasolina, el CUPRA ofrecía unas brillantes prestaciones gracias al propulsor 1.8 20V de 180 CV.

En el 2007 Seat presentó una versión Ecomotive equipada con el motor 1.4 TDI de 80 CV con filtro de partículas DPF, que se convirtió en el modelo más ecológico de su segmento, con unas emisiones de tan sólo 99 g/km de CO2.

EL COCHE OFICIAL DE BARCELONA 92

El Seat Ibiza aprovechó la celebración en Barcelona de los Juegos Olímpicos de 1992 para multiplicar sus cotas de popularidad. Fue designado coche oficial de la competición y se dejó ver ante todo el mundo.

No obstante, el Ibiza ya había hecho ver en las diferentes competiciones deportivas porque casi desde su nacimiento con José María Serviá al volante cosechó sus primeros éxitos, multiplicados luego por el Ibiza Kit Car.