Carlos Echapresto, Richi Arambarri, el moderador Alberto Gil (redactor de Diario LA RIOJA), Rosa Durban y Javier Arizcuren, en la mesa redonda de este viernes en la UR. SONIA TERCERO
Sin presencia en Rioja

El vino sin alcohol, ¿realidad o marketing?

Las bodegas Vintae y Arizcuren, la directora de La Alcoholera de Cenicero y el sumiller Echapresto debaten sobre el 'vino 0.0', su demanda y su consumo

Viernes, 12 de septiembre 2025, 19:38

El vino es «la bebida resultante de la fermentación alcohólica, completa o parcial, de uvas frescas, estrujadas o no, o de mosto de uva con un contenido alcohólico adquirido que generalmente no es inferior a 8,5 grados». La definición corresponde a la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) y a ella se ha acogido este viernes el sumiller riojano Carlos Echapresto –Premio Nacional de Gastronomía en 2016– para dejar clara su opinión en el inicio de una mesa redonda en la Universidad de La Rioja: «El vino 0.0 no existe». Pero la legislación comunitaria ya reconoce, de acuerdo precisamente con las recomendaciones de la OIV, la existencia de vinos desalcoholizados –otro debate es si resulta procedente o no el nombre de 'vino'– con una graduación no superior a los 0,5 o parcialmente desalcoholizados, entre 0,5 y 8,5 grados.

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Aunque todavía la oferta de botellas es limitada, este producto va en línea ascendente. Bodegas como Torres o Matarromera cada vez apuestan más por él: la primera ya tiene un 12% de sus ventas en los vinos desalcoholizados y la segunda comercializa 12 de sus 56 marcas con este tipo de vino. También hay un grupo vitivinícola riojano, Vintae, que ha puesto en el mercado Le Naturel, elaborado en la bodega Aroa que tiene en la Denominación de Origen Navarra. Su director de exportación, Richi Arambarri, reconocía que vieron una oportunidad de mercado y sacaron un tinto y un blanco –ambos fueron probados este viernes por los asistentes al debate– «y próximamente vamos a lanzar un espumoso».

De momento, el Consejo Regulador de la DOCa Rioja no contempla este vino desalcoholizado y tanto Arambarri como el otro bodeguero presente en la mesa redonda, Javier Arizcuren, coincidieron en dejar bien claro que la solución a la crisis de ventas que tienen las bodegas de la Denominación «no pasa por desalcoholizar los vinos ni total ni parcialmente». En este sentido, hace tres meses el pleno de Rioja aprobaba una modificación en su pliego de condiciones para reducir en un grado y medio el volumen mínimo de alcohol para sus vinos amparados, de 11,5 a 10 para los tintos y de 10,5 a 9 para los blancos y rosados. Esta propuesta está en fase de tramitación en el Ministerio de Agricultura –puede haber oposición por parte de diferentes organizaciones– y el visto bueno no llegará en ningún caso para esta vendimia.

«Pero el problema que tenemos en Rioja no se arregla bajando el grado del vino», dijo Arambarri, a lo que Arizcuren añadió que «hay que recuperar el prestigio y ser una gran marca a nivel mundial. Y no está tan claro que ahora lo seamos».

«El problema en Rioja (de ventas) no se arregla bajando el grado al vino»

Richi Arambarri

Director de exportación en Vintae

«La solución no pasa por desalcoholizar los vinos ni total ni parcialmente»

Javier Arizcuren

Viticultor

Reino Unido y los impuestos

Reino Unido, el principal consumidor de vinos de Rioja, ha empezado a establecer impuestos más altos a las botellas de más graduación «y hay grandes grupos que ya empiezan a hacer productos con menor grado. Pero los vinos de 9 o 10 grados no están satisfaciendo el gusto de los consumidores», señaló el responsable de exportación de Vintae.

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En Quel, a 605 metros de altura, está el viñedo El Arenal que Arizcuren plantó en 2015, de una variedad minoritaria como el mazuelo. Y nueve años después, en 2024, elaboró un vino con 12,5 grados «que puede dar la cara en Rioja», defendió el bodeguero riojano, que está investigando y buscando vinos con menor graduación. «Tenemos que mirar al mercado», apostilló.

Sigue habiendo, en cualquier caso, grandes incertidumbres sobre la elaboración y el grado de penetración de los vinos desalcoholizados. Rosa Durban, directora de La Alcoholera de Cenicero, las puso sobre la mesa, partiendo de la base de que «lo mejor del vino es el alcohol. Pero no estoy en contra del 0.0, aunque me cuesta entender que se llame vino». Es más, a su juicio cree que «genera rechazo en el consumidor. ¿Se puede diluir la esencia de lo que conocemos como vino? Esperemos que no, pero me generan dudas. ¿Se está creando una tendencia o es marketing?».

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«El vino sin alcohol no tiene ni alma ni espíritu ni nada»

Carlos Echapresto

Sumiller

«Lo mejor del vino es el alcohol, el 0.0 crea rechazo en el consumidor»

Rosa Durban

Directora de La Alcoholera

Carlos Echapresto sostiene que la respuesta buena es la segunda. «El vino desalcoholizado o 0.0 no es vino, no tiene ni alma ni espíritu ni nada. Tiene que ver con el marketing y el packaging», aseveró. Quien consume este producto «lo hace en su casa». Porque en reuniones sociales «puede que haya gente que lo pida, pero en envases de vino con alcohol». En opinión de este sumiller, propietario junto a su hermano Ignacio del restaurante Venta Moncalvillo –con dos estrellas Michelin–, se ha demonizado el vino «pero la alternativa no es hacerlo sin alcohol, pueden ser las bebidas naturales o no sometidas a procesos químicos».

Además, «energética y medioambientalmente es mucho más costoso hacer un vino 0.0. Hay que desalcoholizarlo y luego volverlo a tratar –aportando glicerina o algunos conservantes–. Esto no es economía circular», concluyó Rosa Durban.

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