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El pasado 16 de diciembre, el denominado Grupo de Alto Nivel (GAN) sobre política vitivinícola entregó sus recomendaciones a la Comisión Europea para el futuro ... del sector vitivinícola europeo, un informe que en términos generales ha sido acogido favorablemente por el sector comunitario. Entre ellas, el GAN proponía a la CE que, ante la disminución «persistente» de la demanda y el aumento de las existencias, sería necesario «aplicar regímenes de arranque de viñedo permanente» para resolver especialmente problemas de zonas específicas –donde podría entrar Rioja–. La propuesta permitiría dotar los arranques de financiación europea, y nacional complementaria, y dirigirlo especialmente a viticultores con más edad para «permitirles abandonar el sector con dignidad», excluir «los viñedos de alto valor paisajístico» o en zonas con «riesgo de despoblación o de alto valor ambiental».
La cuestión es importante porque hasta ahora en Europa sólo Francia ha optado por poner en marcha arranques bonificados, pero a costa exclusivamente de su presupuesto. El GAN planteaba asimismo permitir limitar las nuevas plantaciones a cero (ahora hay que justificar con un acuerdo mayoritario de la región o incluso el estado para limitar las nuevas autorizaciones) y alargar de cinco a ocho años los permisos de replantación ya autorizados para que no sea necesario ejecutarlos en un momento crítico como el actual.
Lo que no ha previsto en GAN es el denominado arranque en diferido o temporal –permitir a los viticultores no producir con compensaciones cada campaña– que es la fórmula que se pretende aplicar en Rioja. En cualquier caso, la posibilidad de arranque financiado está más cerca –tras escuchar las recomendaciones será la CE quien haga sus propuestas–, aunque sigue sin haber 'letra pequeña' y ni siquiera se sabe si habrá algo para la campaña 2026.
El Consejo Regulador ya trabaja con su propio plan de arranque de viñedo. Pese a que inicialmente se negó que la crisis fuera estructural, ahora ya es asumido por todas las organizaciones que será necesario un ajuste de masa vegetal. De hecho, probablemente lo habrá, con ayudas o sin ellas, pero la intención es que las haya para favorecer el abandono del sector. La fórmula pretendida sería el arranque en 'diferido', ampliando la longevidad de los derechos de cinco a ocho años con primas por abandono hasta el arranque definitivo. Gran parte del sector estima que Rioja tendría que eliminarse con financiación el 10% de la superficie actual, unas 6.700 hectáreas, y se pretende priorizar al agricultor profesional, a los terrenos menos aptos y proteger el viñedo viejo.
Es curioso porque el plan, aunque de momento ni hay financiación ni nada prácticamente concreto, es muy similar, tanto en la cantidad de viñedo como en sus limitaciones y objetivos a la propuesta que hace ya un año hizo Bodegas Familiares de Rioja desde fuera del Consejo y que alguna agrupación tildó entonces de «ocurrencia».
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