Javier Arizcuren, padre, ayudando en la finca de mazuelo La Cueva Estudio

Cómo cultivar con menos grado

Javier Arizcuren vendimia su mazuelo al que, con prácticas vitícolas naturales, ha logrado reducir entre 1 y 1,5º

Alberto Gil

Logroño

Jueves, 25 de septiembre 2025, 07:29

Javier Arizcuren (Quel) comenzó ayer a vendimiar parte de sus mazuelos, en concreto una parcela que plantó en 2015 (ahora cumple diez años) y en ... la que, con diversas prácticas vitícolas, ha logrado reducir entre 1 y 1,5º de alcohol: «El año pasado logramos que el vino no superase los 12,5º, cuando habitualmente alcanzamos o pasamos de los 13,5º». Si a algo está atento este viticultor es a lo que demandan los clientes consumidores de vinos de calidad: «Hay una tendencia hacia vinos de menor grado alcohólico, que tampoco es nueva, pero también es cierto que un vino de calidad necesita una madurez fenólica que acompañe al grado y no hay que perder la cabeza con este tema».

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En este sentido, Arizcuren trabaja en Quel, en la sierra de Yerga, con mazuelos y garnachas –también con tempranillos–, pero son estas dos variedades minoritarias las que definen sus vinos: «Las garnachas necesitan más tiempo de maduración, especialmente en altura, y no podría plantearme un vino de 12 grados si quiero mantener la calidad, incluso el perfil de mis vinos». Ahora bien, sí lo está haciendo con la mazuelo: «La cosecha 24, que sacamos ahora al mercado, ya viene de esta parcela con 12,5º y es el vino que maduramos en ánfora, mientras que el mazuelo de barrica, en madera, tiene un poco más de grado porque también pide algo más de estructura».

Racimo de mazuelo La Cueva Estudio

El viticultor cortaba ayer racimos de este mazuelo que irá a parar al ánfora: «La presión del cambio climático cada vez es mayor, pero ya lo era en 2015. Plantamos entre 605 y 620 metros mazuelo, una variedad adaptada históricamente a esta zona, con una exposición norte para quitar minutos de sol cada día, trabajamos el viñedo con cubierta vegetal todo el año y 'jugamos' también con el vigor de la plata y una poda tardía, en marzo».

Arizcuren considera que «es cierto que el cambio climático aprieta, lo que está haciendo los vinos más alcohólicos, mientras que el consumidor de vinos está pidiendo menos grado, pero también insiste en que tenemos herramientas en el cultivo para trabajar en esa línea». Así las cosas, considera un «error» la apuesta reciente que ha hecho Rioja para rebajar el mínimo de grado alcohólico a 10º en tintos y 9º en blancos: «Con todo el respeto para quien apueste por este tipo de elaboraciones creo que podrían hacerse perfectamente, pero fuera del sello, de la marca Rioja, ya que lo que necesitamos es calidad máxima para recuperar el prestigio perdido».

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La vendimia

En cuanto a la vendimia, Javier Arizcuren está contento:«En mi pueblo, en Quel, el Consejo Regulador nos asignó 4.500 kilos por hectárea y no voy a tener más, pero son con los rendimientos que habitualmente trabajo». «La calidad –agrega– creo que va a ser muy buena y, en mi caso, estoy haciendo dos vendimias: una, hasta antes de las lluvias del fin de semana y, una segunda, tras un pequeño parón, especialmente para los mazuelos y las garnachas que vienen de lujo». El viticultor destaca que «con todo los que se ha sufrido en primavera, afrontar una vendimia así, con tranquilidad porque no hay presión sanitaria es una gran noticia y creo que podemos estar ante una extraordinaria cosecha, corta, pero de calidad excepcional».

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