Para poda, la de Freixenet en Cava

Salvando las distancias, fue un camino que también emprendió Rioja -el de la uva barata y en cantidad- y aún están por ver cuáles serán las consecuencias sobre bodegas, pero especialmente sobre los viticultores. Henkell Freixenet es hoy en día la compañía de vinos espumosos del grupo alemán Geschwister Oetker, que acaba de anunciar 180 despidos, uno de cada cuatro de sus trabajadores.

Por contextualizar, Freixenet tuvo bodega en Rioja, Solar Viejo, aunque desde 2019 es propiedad de la familia Ferrer, fundadora de la primera y que decidió quedarse con algunos activos vitivinícolas más pequeños como la bodega de Laguardia al vender la mayoría de la matriz de cavas al grupo alemán.

La razón esgrimida por Freixenet para los despidos es la extraordinaria sequía, la mayor en 200 años que ha padecido Cataluña, aunque, precisamente tras el último invierno y la presente primavera tan húmeda, se ha levantado por la Generalitat oficialmente después de casi tres años con escasísimas lluvias.

Es cierto que el daño de la sequía, aniquilando producciones e incluso cepas, ha sido tremendo en el territorio catalán de Cava, pero a mí este debate me suena al 'coyuntural y estructural' que también hemos vivido en Rioja perdiendo un tiempo precioso sin hacer nada ante una de las mayores crisis sufridas por la denominación de origen y, especialmente, entre los viticultores que siguen trabajando para perder dinero.

Es decir, cuando la sequía parece que vuele a ser coyuntural en la zona de producción de Cava es cuando Freixenet toma medidas estructurales, con nada más y nada menos que el despido de una cuarta parte de su plantilla. Esperemos que las medidas estructurales de Rioja, si es que en algún momento se toman, no vayan por el mismo camino.