Llamando a las puertas del cielo desde La Redonda: la torre de San Pedro, visitable desde el jueves
La concatedral de Logroño abrirá su campanario norte al público como «nuevo recurso turístico y cultural» tras el empeño del párroco y vicario Víctor Jiménez
Dos torres 'gemelas' con nombre de apóstol, tres arquitectos para levantarlas entre 1742 y 1756, 138 escalones para subir hasta arriba y 12 campanas que repican en lo alto... «Las torres de La Redonda son, sin lugar a dudas, uno de los símbolos más emblemáticos de la fisonomía urbana de Logroño. Desde sus campanarios podemos admirar una de las vistas panorámicas más privilegiadas de las otras iglesias y del casco histórico de la ciudad».
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Así reza el folleto editado de cara a las visitas que la concatedral de la capital de La Rioja iniciarán este jueves a su campanario norte, la torre de San Pedro, que con sus 56 metros se convertirá en el principal mirador de la ciudad. La misma, tras casi dos años de trabajo del que Diario LA RIOJA ha ido dando cuenta, abrirá al público «como nuevo recurso turístico y cultural» gracias al empeño de su párroco, Víctor Jiménez.
Las torres de La Redonda, «símbolo inconfundible del perfil urbano de Logroño», ya están listas para recibir a los visitantes a partir de este jueves, 10 de julio, a las 11.00 horas (lista, cabe precisar, al tratarse únicamente de la norte, pues la sur, la de San Pablo con sus 58,15 metros, tendrá que esperar para una segunda y más ambiciosa fase que el propio Jiménez tiene ya en mente, cuartos de los campaneros y estudios de los arquitectos incluidos).
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Así, en turnos de 20 minutos (que pueden ser 30) y, como máximo 10 personas por pase (hasta 15, de tratarse de familias con niños), sin necesidad de reserva previa, uno podrá prácticamente llamar a las puertas del cielo o, cuando menos, ver Logroño a vista de pájaro.
Eso sí, desde la misma Redonda, y ante la más que previsible afluencia que se pueda generar en los primeros días de apertura dado que se viene a dar respuesta a una reiterada demanda ciudadana, se pide «calma y paciencia» para todos los interesados habida cuenta, además, de que la actividad nace con vocación de continuidad durante todo el año –de ahí que los residentes puedan acceder de manera escalonada sin las limitaciones de turistas y peregrinos–.
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Se ha establecido un donativo de tres euros para la subida, «que irán para la restauración del patrimonio del templo»
«Esta iniciativa permitirá a logroñeses, turistas y peregrinos del Camino de Santiago disfrutar de una de las vistas panorámicas más privilegiadas del centro histórico y del conjunto de iglesias de la ciudad», informa la propia Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, desde donde se recuerda que «la apertura ha sido posible gracias a una cuidadosa labor de adecuación y restauración, que ha incluido la limpieza de la piedra de la escalinata y el campanario, la mejora de la iluminación, la instalación de señalética y elementos de seguridad, con el objetivo de hacer accesible este espacio patrimonial y fomentar su valor cultural y turístico».
«Y con fondos propios» (17.000 euros, parte de ellos vía donativos «como uno muy importante del Grupo La Grajera que nos ha ayudado mucho»), según se ha encargado de recordar el también vicario de Pastoral de la Diócesis, quien ya acompañó en ocasiones anteriores a este periódico en la subida a la misma para contemplar desde arriba el resto de torres de las iglesias del Casco Antiguo (Palacio, Santiago y San Bartolomé) y unas vistas inigualables de la ciudad desde uno de los iconos de la misma.
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En grupos de 10 personas y en turnos de 20 minutos (que pueden aumentarse), el mirador será visitable sin necesidad de reserva
Ambas son obra de tres arquitectos: Juan Bautista de Arbaiza, quien inició la construcción, y Martín de Beratúa y Francisco Gorbea, quienes la concluyeron, y en su interior se encuentran 12 campanas que datan de los siglos XVIII, XIX y XX, siendo el conjunto el más grande de La Rioja. Entre ellas destaca la imponente campana 'María', ubicada en la torre sur, con un peso de 3.740 kg y una inscripción en latín dedicada a la Virgen de La Redonda.
La torre podrá visitarse de martes a domingo, en horario de 11.00 a 13.00 y de 17.00 a 19.00 horas (puntualmente, además, se programarán visitas nocturnas). Se ha establecido un donativo de tres euros para el acceso, o 5 euros si se desea incluir la audioguía QR de la concatedral. «Todos los donativos se destinarán a la restauración del patrimonio histórico-artístico del templo», se ha precisado para añadir que, con el tiempo, «se irán añadiendo más cosas porque queremos hacer un pequeño espacio museístico con imágenes antiguas de San Pedro y San Pablo, por ejemplo».
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El 25 de julio se ha organizado un concierto con las campanas de las dos torres a cargo de la Asociación de Campaneros de La Rioja
«Queremos que el patrimonio genere recursos para restaurar el patrimonio, una forma de colaborar en una concatedral de las pocas de España que quedan de visita gratuita y que así queremos que siga siendo salvo estos elementos 'extra' que servirán, también por ejemplo, para que entre todos podamos hacer que se suba a la vez a la torre sur o de San Pablo», ahondó Jiménez consciente de que a la norte no se asciende, de hecho, desde la celebración de 'La Rioja Tierra Abierta' en un cada vez más lejano 2007.
Con motivo de tan esperada apertura («muchas de las personas que venían a la concatedral nos pedían subir, y ahora podrán hacerlo»), el próximo viernes 25 de julio a las 21.00 horas se ha organizado un concierto con las campanas de las dos torres, a cargo de la Asociación de Campaneros de La Rioja, «en el que se interpretarán todos los toques tradicionales recopilados en las distintas iglesias riojanas, previa explicación de la técnica y las campanas que van a sonar».
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Una subida de 138 escalones con recomendaciones y restricciones
«Realmente lo que podemos hacer ahora es dar a conocer algo hasta ahora desconocido para todos los ciudadanos del siglo XX. Solamente lo conocieron bien en el siglo XVIII, cuando ya se cerraron, pues solamente accedían los campaneros y los canónigos para arreglos». Así lo ha explicado el párroco Víctor Jiménez dando cuenta de una subida de 138 escalones que, con todo, se posibilitará con una serie de recomendaciones y restricciones. En este sentido, «por razones de seguridad, no podrán acceder: personas con movilidad reducida, personas con discapacidad visual, personas con problemas cardiorrespiratorios o psicológicos graves (en procesos depresivos con deseos de autolesión), personas que padezcan vértigo, claustrofobia o tendencia al mareo o mujeres en avanzado estado de gestación». No se permite, además, subir con sillas de ruedas o carritos de bebé y, lógicamente, está prohibido fumar o comer en el interior.
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