Los problemas de Logroño van por barrios
La falta de equipamientos y la convivencia del uso residencial con el hostelero e industrial, las preocupaciones | El taller participativo de 'Ciudades Cuidadas' con motivo del avance del Plan General Municipal ofrece un diagnóstico cuya respuesta pasa por la correcta planificación
JAVIER CAMPOS
Domingo, 6 de octubre 2019, 20:51
Los problemas de Logroño van por barrios. No es nada que no se supiese, pero sí que ha sido claramente puesto de manifiesto de ... cara a lo que está por venir. El taller de participación ciudadana celebrado el pasado verano durante la jornada 'Desafíos urbanos de Logroño... hacia un nuevo Plan General Municipal', que se desarrolló con motivo de la aprobación del avance del PGM de la capital de La Rioja, ha dejado por escrito que la convivencia de usos, especialmente el residencial con el hostelero y el industrial, y la falta de equipamientos, en mayor o menor medida, son las principales preocupaciones vecinales dependiendo de la zona.
Que en el centro el uso predominante sea el hostelero y el hotelero vaya ganando terreno para desesperación de los residentes o que la ausencia de equipamientos educativos y comercio de proximidad sea el principal motivo de desvelo en varios de los barrios son algunas de las conclusiones recientemente hechas públicas y que ya están sobre la mesa del Ayuntamiento de Logroño.
La finalidad práctica de la jornada, organizada por la Agrupación de Arquitectos Urbanistas del COAR en colaboración con la propia Administración local, era realizar un diagnóstico de la ciudad tomando como base los objetivos y estrategias definidas en el avance del PGM, y en lo que se refiere al reciclaje y la renovación urbana «ha servido para identificar las zonas donde se producen problemas de convivencia derivados de la coexistencia de usos y por otro lado las carencias de éstos en la ciudad que habitamos».
La ausencia de comercio de proximidad es visto como gran inconveniente en zonas de la periferia
Así lo explica 'Ciudades Cuidadas', colectivo profesional especializado en urbanismo participativo, desde donde una de sus arquitectas, Teresa Angulo, deja constancia de que del proceso participativo «no ha salido nada que sorprenda, y no hace más que confirmar que la zonificación de las ciudades y la segregación de usos genera problemas difíciles de abordar».
«La zonificación de la ciudad y la segregación de usos genera problemas difíciles de abordar»
La problemática de convivencia entre los usos que coexisten actualmente viene dada cuando tales usos, mayoritarios en una u otra zona, son distintos al residencial. Ahí el mayor problema detectado se localiza en el Casco Antiguo de la ciudad, con la difícil conjugación entre vecinos y hosteleros... ahora también hoteleros. «No te puedes sentar sin consumir», apostilla Angulo en relación a la proliferación de terrazas y ocupación privada del dominio público.
En segundo lugar destaca el conflicto entre el uso industrial y el residencial que existe en el Oeste, «así como la falta de urbanización que facilite los recorridos peatonales en la conexión del barrio con el resto de la ciudad» -caso de avenida de Burgos-».
Otros frentes a abordar son en Los Lirios, donde «el modelo de ciudad actual consistente en la existencia de centros comerciales a las afueras (a los cuales se acude en coche privado en la mayoría de los casos), genera problemas de movilidad peatonal y ciclista, con una tasa de atropellos muy elevada»; y el «conflicto de exclusión social» de San José y El Cubo.
La problemática de convivencia de usos tiene sus propias amenazas, según los resultados obtenidos, y a nivel general, destaca la percepción del «descontrol» del coche privado en detrimento de otros tipos de movilidad, y por otro lado la «desaparición» progresiva de múltiples usos que han sido trasladados del centro a la periferia. «Hay que evitar en la medida de lo posible esas soluciones de concentración de usos... esa zonificación del urbanismo moderno que no ha generado más que problemas. La solución pasa por mezclar usos, horarios...», explica la citada arquitecta.
Carencia de usos
El taller, además de la compleja conjugación de usos, constata la carencia de éstos percibida en cada barrio. Así, destaca la falta de equipamiento educativo en los barrios de Los Lirios y El Campillo, y en menor medida en la zona centro y en El Arco.
En cuanto a la salud y el deporte, El Campillo, Los Lirios y Valdegastea son las áreas con mayor porcentaje de peticiones.
La preocupación por la falta de actividades relacionadas con el ocio y la cultura se encuentra bastante generalizada, pero es en La Estrella y en Cascajos-Piqueras donde se observa mayor carencia de éstas.
Existe también la necesidad de promover el comercio de proximidad en el Casco Antiguo, Valdegastea, El Campillo y La Guindalera.
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Zona Oeste
Miguel Herreros El conflicto entre el uso industrial y residencial que existe en el Oeste, así como la falta de urbanización que facilite los recorridos peatonales que conecten con el resto de la ciudad –caso de avenida de Burgos–, también queda reflejado.
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San José
Juan Marín El conflicto de exclusión social de San José aparece como otro de los frentes a abordar. Al respecto, destaca el proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural junto a Madre de Dios para fomentar la cohesión social y el diálogo intercultural.
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Casco Antiguo
Díaz Uriel La coexistencia entre el uso residencial y el uso hostelero, con los problemas derivados del ruido que éste genera, supone un punto de conflicto de alto impacto. Por el mismo motivo, el creciente uso hotelero genera insatisfacción.
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Los Lirios
Miguel Herreros El modelo de ciudad actual consistente en la existencia de centros comerciales a las afueras (a los cuales se acude en coche privado en la mayoría de los casos), genera problemas de movilidad peatonal y ciclista, con una tasa de atropellos muy alta.
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