«Parece que llevamos a nuestros hijos a la cárcel», dice el padre de la usuaria agredida en el centro de autismo
El progenitor de la víctima denuncia el trato y la atención que se presta en la residencia Leo Kanner y critica «la dejadez» de la Consejería de Servicios Sociales
«Parece que estamos llevando a nuestros hijos a la cárcel. Los padres ya no tenemos ninguna seguridad de cuál está siendo el trato y la atención que reciben nuestros hijos en el centro Leo Kanner», denuncia con firmeza y también con una importante carga de pena el progenitor de la joven que fue agredida en julio de 2023 por dos trabajadores auxiliares de la residencia de autismo de Logroño que acaban de ser condenados a un año y ocho meses de cárcel.
Asegura que la agresión sufrida por su hija no es un caso aislado, «los ha habido antes y también después. Hay denuncias en los juzgados que llevan su desarrollo». Él mismo tiene más procesos abiertos, también por la medicación aplicada a su hija, «porque se la han pautado mal hasta en cinco ocasiones, una medicación psiquiática que le puede provocar lo que se denomina muerte súbita. Hemos tenido que ir cuatro veces al hospital para que la ingresaran».
El padre de la usuaria hipervulnerable vejada y humillada por dos cuidadores denuncia que «aquí todo se tapa, nadie hace nada por remediarlo. Ha habido dimisones de directores, llegan otros nuevos y la situación no mejora. La Consejería de Servicios Sociales no está verificando que se cumplan los contratos, no hay personal suficiente para atender a los usuarios -son en torno a 28 internos residentes-, no se les da formación... No puede ser que haya internos con 45 años que ya vayan en silla de ruedas cuando no tienen problemas de movilidad, pero si no se hace nada por moverles, por ejercitarles, pues sucede esto».
Asimismo, denuncia que «hace tres meses han quitado las cámaras de seguridad del centro y ya no podemos conocer lo que sucede dentro de las habitaciones, porque nuestros hijos no nos lo pueden contar, no tienen esa facilidad de palabra para decir las cosas». Él ha trasladado su queja a Servicios Sociales «pero aquí nadie hace nada, todo se tapa», sentencia.