Dónde celebrar un concierto en Logroño
Los promotores musicales advierten de que no hay recintos acondicionados y asequibles para organizar grandes actuaciones, motivo por el cual giras de importantes artistas han pasado de largo
Que Logroño no disponga de un recinto específico para conciertos y otros eventos de gran formato obliga a los promotores, más que a elegir, ... a descartar espacios. El estadio Las Gaunas es el que más aforo podría acoger pero solo en el anterior campo de fútbol hubo quien se atrevió a organizar conciertos. Primero fue el de Miguel Ríos en 1983 y después el festival Hispamúsica con Rocío Jurado, José Mercé, Ana Belén y Víctor Manuel, Café Quijano, M-Clan... en 2001.
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Con la construcción de la plaza de toros La Ribera y el Palacio de los Deportes el abanico se amplió, y aunque soportan aforos de más de 7.000 y 4.000 espectadores, respectivamente, los organizadores deben afrontar importantes inconvenientes en estos recintos, como son el coste del alquiler, la disponibilidad de fechas y la imposibilidad de obtener beneficio de las barras de bar, puesto que la gestión está concedida a otras empresas.
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Promociones Musicales Iregua abonó 30.000 euros por el uso de la plaza de toros en el concierto de Marea el 9 de septiembre de 2023. «Elegimos el recinto en función del aforo, dando por supuesto que cumplen unas condiciones mínimas para hacer frente a la técnica que precisamos», explica Virginia Bezares, responsable de Iregua. La imposibilidad de contar con un recinto con aforo y condiciones adecuadas, además de que en el Palacio tienen preferencia los equipos deportivos, asegura Bezares que a menudo provoca que giras de importantes artistas no hayan podido hacer escala en Logroño.
Y cuando sí encaja todo para organizar un concierto, el precio de los alquileres resta considerablemente el beneficio. «El precio del recinto es determinante, si además le sumamos que los aforos no son lo que eran antes, sino más restrictivos… Los gastos son excesivos», opina Bezares, quien suma los cachés de los artistas y la infraestructura. Y si no se puede obtener beneficio económico de las barras muchas veces hace inviable el concierto. «Por eso a veces tenemos que trabajar fuera. Organizar un concierto conlleva muchísimos gastos, y si la única fuente de financiación son las entradas nos limita mucho», confiesa Bezares.
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El Ayuntamiento de Logroño anunció hace nueve meses el proyecto de construcción de un nuevo recinto cubierto en El Campillo, adecuado para acoger grandes conciertos. Y aunque la previsión era licitar este verano y adjudicar antes de que acabara el año para que entrara en funcionamiento en 2026, consultado por Diario La Rioja el Consistorio expone que «no hay novedades».
José Pancorbo, responsable de Impar Eventos, organizador del festival Muwi, declara que lo que buscan en un recinto es «generar una experiencia al espectador porque no son conciertos al uso». En ese sentido han logrado convertir el aparcamiento de coches que es Valbuena en un espacio diáfano y hasta con área de esparcimiento en el parque del Ebro. Eso sí, gracias a un convenio con el Ayuntamiento lograron la cesión fue sin coste.
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El aforo de todo el recinto alcanzó los 20.000 espectadores, y aunque en la zona de conciertos era de 12.000, por comodidad del público lo limitaron a 9.000, algo ideal para Muwi. «No esperamos crecer más y tampoco hay muchos más espacios donde elegir. Esta ciudad no ha previsto esto. Tal vez solo el recinto feral, pero ir allí sería matar el Muwi», reconoce Pancorbo. Aunque en esta edición el consumo ha descendido por la cercanía de por ejemplo, La Laurel, el organizador del Muwi admite que las barras pueden suponer el 30% de los ingresos, lo que para ellos descarta recintos como el Palacio y La Ribera, donde las barras están «cautivas».
Rubén Domínguez, de Boogyrockmusic, explica que trabaja ya casi solo en salas o fuera de Logroño porque «no hay un recinto que reúna condiciones» y «los que hay tienen unas tasas altísimas, a las que sumar la producción». Domínguez ha celebrado conciertos de Leiva, Kase O y Loquillo en el polideportivo Las Gaunas e incluso el festival Summer Fuzz en plena pandemia en Prado Viejo («Está genial pero hay una residencia de mayores al lado que lo hace inviable») logrando una cesión gratuita del Ayuntamiento, pero considera que «no merece la pena por la burocracia».
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