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La noche logroñesa no entiende de distancias... ni de mascarillas

Centenares de jóvenes salen a divertirse en la madrugada capitalina sin ningún tipo de cuidado ante el coronavirus

l.c.

Domingo, 12 de julio 2020, 12:59

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La noche logroñesa no entiende de distancias ni de mascarillas. Parece que los jóvenes riojanos han perdido el miedo al coronavirus y lo tratan, peligrosamente, sin ningún tipo de respeto ni celo. Basta con ver la imagen tomada en la madrugada de este sábado en la confluencia de la calle Sagasta con la calle Mayor, uno de los epicentros de la marcha capitalina.

Ni distancia social, ni mascarillas, ni preocupaciones, ni miramientos. Cuadrillas en un palmo de terreno, chicos y chicas abrazados... Las mascarillas ni se ven ni se adivinan (solo se puede apreciar una, y bajada al cuello, el complemento más de moda de la última temporada). La imagen recuerda a una noche de jarana antes del confinamiento, con centenares de personas se divierten, agolpadas, como si nada hubiera pasado en los últimos meses. Como si ya se hubieran olvidado las 366 víctimas mortales que ha dejado la pandemia en La Rioja. Como si no hubiera preocupación por los rebrotes que están volviendo a poner en alerta roja a casi todas las comunidades y que, todavía, no se han producido en La Rioja. Todavía. Porque, vista esta imagen, lo raro es que La Rioja escape de volver a contar nuevos infectados como algo habitual día tras día.

Si no bastaba con eso, la velada -absurda y peligrosa velada, más bien- dejó otras imágenes impactantes que llevan todavía más a la indignación a todos aquellos que están preocupados por cumplir con las medidas sanitarias adecuadas para que ni ellos, ni sus familiares, ni otras personas de su entorno, contraigan la peligrosa enfermedad.

En el vídeo que acompaña a esta información se puede observar una pelea en el parque del Ebro entre un par de jóvenes. Enzarzados, caen al suelo y se revuelven, protagonistas de un improvisado ring de boxeo en el que decenas de personas jalean y miran la pelea sin que nadie se acerque a separar. El círculo que forman los 'preocupados' espectadores se mueve en función de los bandazos que dan los púgiles. La distancia de seguridad se mantiene solo con respecto a ellos. De hecho, alguno incluso aparta al público para dejar espacio para que la lucha prosiga sin contratiempos.

En resumen, una nochecita logroñesa en la que se pudo palpar la esencia de la responsabilidad (ironía, modo ON).

Vídeo.

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