Logroño rediseñará proyectos y pedirá ampliar plazos para aprovechar los fondos europeos

El alcalde, Conrado Escobar, ha descrito este martes el panorama municipal en materia de fondos llegados de la UE y ha indicado que el volumen de proyectos provoca «barullo generalizado en el Ayuntamiento, desorden, vorágine en la gestión». También se evidencia, a su juicio, la falta de objetivos, «los de Logroño, no los de Bruselas» que se perseguían con estos planes. Y, por fin, ha criticado la falta de participación ciudadana en los mismos.

Tras estas menciones, el primer edil ha leído algunos informes técnicos en los que se señalaba la «ausencia de procedimientos para abarcar las fases de trámites de los proyectos europeos», que «algunas de las solicitudes no se han aprobado con acuerdo municipal» o que «el Ayuntamiento, cual cliente del restaurante, ha pedido toda la carta de subvenciones sin tener en cuenta el apetito». Por fin, ha tildado la gestión desarrollada hasta ahora de «irresponsable» y que «puede hipotecar la legislatura».

¿Qué va a hacer al respecto? De entrada, va a crear una oficina interna (con personal municipal) de supervisión de fondos europeos con dos partes, una técnica y otra de administración y gestión. Los criterios que se seguirán comienzan con la escucha, ha dicho, y siguen con la supervisión técnica, la evaluación del impacto en la ciudad, que se aprovechen los fondos caso a caso y que se rediseñen los proyectos dentro del calendario europeo, aunque habrá que ampliar los plazos en algunos casos.

«Vamos a trabajar para los logroñeses y no tanto para Bruselas, de forma responsable, ordenada, participada y con criterios de gestión», ha zanjado.

El concejal del área, Francisco Iglesias, ha concretado que el proyecto de la calle Sagasta no se ha desestimado, sino que la empresa adjudicataria desistió del contrato el pasado 22 de junio, de manera que ahora se está planteando una nueva licitación con el proyecto revisado con la intención de cumplir los plazos, si bien el primero marcado, el del 31 de diciembre de 2023 ya va a ser imposible.

Del proyecto de e-administración, que contempla la modernización de procedimientos desde el padrón a los presupuestos pasando por las bases de datos del archivo o el registro, adjudicado por 1,5 millones de euros, ha apuntado que la empresa desistió en abril, después de dos años, porque la magnitud del contrato le ha resultado inabarcable, de forma que se está trabajando para licitar nuevamente el plan de una forma más pequeña y ágil y, así, se están buscando nuevos plazos y cumplir los hitos precisos.

De un tercer proyecto, en este caso, de ciberseguridad y parque digital, de 7 millones de euros, ha contado que aún no se han firmado los protocolos precisos entre el Gobierno regional y el municipal. «Son tres ejemplos», ha alegado.

También ha avanzado que deberá solicitarse una ampliación masiva de plazos porque la falta de trabajo previo en los proyectos hace que haya muchas memorias valoradas a las que dar forma después. Habrá proyectos que finalizarán en 2023, pero otros se irán al 2026.

Si bien los responsables municipales se han dicho «maniatados para hacer lo que hay que hacer porque hay una inercia que condiciona», también han apuntado que «en el análisis de cada proyecto podemos plantearnos otros objetivos. Tenemos que darle nuestro enfoque».

La revisión será sobre todo en aquellos planes que tienen que ver con el espacio físico, si bien son estos proyectos los que, en general, están terminados y pagados. Este es el caso, por ejemplo, de todo el eje ciclista este-oeste está finiquitado y, por tanto, su revisión y justificarla es más complicado.

«Vamos a pelear por no pderder los fondos. La devolución no la contemplamos», han concluido los responsables municipales.