Los jóvenes logroñeses frente al virus y las críticas: «Se nos acusa de absolutamente todo»

La pandemia del coronavirus nos afecta a todos. En eso todos, también están incluidos los jóvenes. Es cierto que sobre ellos está el foco, las críticas por el comportamiento de algunos respecto al virus en relación a no respetar las normas establecidas para frenar la propagación como el uso de mascarillas, el mantener la distancia de seguridad y la falta de empatía cuando se realizan fiestas ilegales con el peligro que para la sociedad hoy conllevan. Pero no todos los jóvenes son iguales, lo dicen los protagonistas de este vídeo y también otros que han sido protagonistas de la actualidad por dar ejemplo.

«Depende del rango de edad ha estado afectando más y menos», dice Abel Fernández, de 18 años, «sobre todo cuando uno es consciente de lo que está viviendo, del peligro que puede correr y de que está prohibido». «De los 16 a los 22 años ha afectado mucho», asegura, «mentalmente», recalca. «La ansiedad de levantarse super pronto, no poder ver la luz del sol y tener que ponerse a estudiar mucho más de lo que se estudiaba cuando las clases eran presenciales», explica.

«Al principio decíamos 'esto será dos semanas y esto se aguanta fácil, sin problema», comenta Ibai Lacalle, de la misma edad. «Luego veíamos que se alargaba y se alargaba -insiste- y nosotros íbamos decayendo emocialmente», afirma. «No nos sentíamos a gusto con nosotros mismos».

«Muchos jóvenes hemos madurado emocionalmente también», dice buscando el lado positivo, quizá, Nicolle Triana, de 17. «Sabemos que, a pesar de que no podamos vernos cara a cara con amigos, podemos apoyarlos los unos a los otros.

El aprendizaje también lo resalta Rebeca Hierro, de la misma edad: «A mí me ha servido para conocerme más a mí misma, ver tus límites, a dónde llegas... y dices 'bueno hasta aquí', hay que ver esta situación, afrontarla y para adelante». Junto a ella Diego Martínez, de 22, explica que «al estar en casa, con la tecnología, empecé a inventarme cosas, me puse a leer, a escribir, a desarrollar otras cosas que había dejado de lado».

Mario Mayoral, de 22, expresa el sentimiento de injusticia porque pensaba «yo no hago nada malo» por el hecho además de pensar que todos los jóvenes son iguales.

«Se nos acusa de que va a volver todo por nuestra culpa, por no cuidarnos, por hacer fiestas ilegales, se nos acusa por absolutamente todo y creo que nosotros no tenemos la culpa, porque nosotros no somos de los más afectados, pero estamos en una etapa de la vida que significa mucho y que se nos acuse de algo que no hemos hecho... como saltarnos las restricciones cuando ves a cualquier persona que no está en el rango de joven haciendo cualquier cosa que no se debería hacer», apunta Abel Fernández.

«Nunca me ha gustado generalizar y creo que no tenemos toda la culpa», añade Nicolle Triana, «es cierto que hay jóvenes que no han cumplido con las normas que se han dado, pero también muchos adultos». «El hecho de que se diga los jóvenes da malas sensaciones a los demás». «Al final no se puede meter a todo el mundo en el mismo saco. No todos los chavales vamos a tener la misma forma de pensar ni de actuar. Que hay una gran mayoría de chavales», dice refiréndose a algunos actos de los que en Logroño hemos sido testigos, «pero aquí no hay sólo trescientos jóvenes y se nos mete a todos en el mismo saco».

Sobre los hechos vividos el sábado hablan con claridad, «yo no he visto protestar por otras cosas», afirma Rebeca Hierro recordando la rotura de escaparates. «Hay que intentar llevar las críticas», comenta Mario Mayoral sobre las consecuencias para los demás jóvenes.

«Se nos ha englobado en algunas noticias a la mayoría y nos hace quedar peor de lo que ya estábamos. También se han juntado los partidos políticos y que el sábado fuera Halloweeen. Los jóvenes querían salir, divertirse, es algo de lo que se le esta privando y estaban enfadados, yo lo entiendo», dice sobre el sentimiento de malestar pero aclarando que «no comparte lo que se ha hecho, porque ha estado muy mal» en referencia a los disturbios y la violencia del fin de semana en la capital riojana y otras localidades de la región. «Pero... tenían sus razones», dice Abel Fernández. «Es verdad que te puedes manifestar sobre lo que no estás de acuerdo», puntualiza Diego Martínez, «pero hay muchas formas de hacerlo». «La violencia no está nunca justificada, quemar contenedores... lo único que vas a hacer es que se compliquen más las cosas», añade Diego Martínez. «A mí me parece bien que se manifieste la gente por la hostelería y el toque de queda.. pero entrar a saquear una tienda.. imagínate que fuera de tu padre o de tu madre, rompiendo todo de lo que vives y con lo que consigues salir adelante, pues no», asegura Mario Mayoral.

«Se venía diciendo que los jóvenes eran el problema, pues así se manchó la imagen de la gente de nuestra edad aún más», concluye.