La Escuela de Sumillería arrancará en el Espacio Lagares a la espera de su traslado al CCR
El Ayuntamiento y la Asociación Cultural de Sumilleres firman un convenio para crear un programa formativo en la ciudad de Logroño
La Escuela Riojana de Sumillería –bautizada como 'Ciudad de Logroño'– dará sus primeros pasos en el Espacio Lagares a la espera de su traslado al CCR, cuyas previsiones de reapertura apuntan al último trimestre del año apostando por un 'modelo Burdeos' y su ciudad del vino en el que el futuro centro se convierta en «la casa de todos».
El alcalde capitalino, Pablo Hermoso de Mendoza, y el presidente regional de la Asociación Cultural de Sumilleres, José Félix Paniego, firmaron ayer un convenio de colaboración con una duración de cuatro años para desarrollar un programa formativo de sumillería que será parte del plan de transformación turística 'Logroño Enópolis'.
El mismo comenzará como tal de cara al año que viene, si bien antes, el colectivo en cuestión, una asociación sin ánimo de lucro que cuenta a día de hoy con un total de 106 profesionales, prevé cursos teóricos y prácticos dirigidos al sector hostelero a fin de ir dando forma al proyecto. El objetivo es crear unos estudios específicos 'marca Rioja' conscientes, como son, de que «hay demanda».
«En una región vitivinícola como la nuestra, la profesión de sumiller es más necesaria que nunca. La Rioja está en el punto de mira de todos los aficionados y profesionales del vino y debemos ofrecer un servicio de calidad. Por eso, es el momento de dar un paso más con la creación de la Escuela para llegar a ser un referente nacional e internacional», apuntó Paniego
El convenio, que no implica compromiso económico por parte del Consistorio, pondrá a disposición de la asociación los espacios municipales «que se precisen en cada momento», dotados del mobiliario y los equipos necesarios para el desarrollo de las diferentes actividades del programa formativo.
«Logroño se convierte en un destino idóneo para albergar una escuela de formación de sumilleres con una orientación profesional de gran calidad, centrada en la formación vinícola, en concreto la sumillería, con el claro objetivo de posicionar la ciudad como un destino de referencia para este tipo de formación especializada», concluyó Hermoso de Mendoza.
El Centro de la Cultura del Rioja apunta ahora a finales de 2022
Último trimestre del año... «finales de 2022». El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, a preguntas de Diario LARIOJA, fechó la reapertura del Centro de la Cultura del Rioja (CCR). Y lo hizo, además, diciendo que para ello se firmarán acuerdos similares al suscrito con la Asociación de Sumilleres. De hecho, el ofrecimiento de tal espacio al colectivo profesional ha partido, según dijeron, del propio Ayuntamiento.
Mediante este convenio «se estimulará el crecimiento socioeconómico del sector vitivinícola y se impulsará el desarrollo de Logroño como enópolis de referencia, a la par que se fomentará el conocimiento, el aprendizaje y la formación para conseguir la profesionalización y especialización en el ámbito de la sumillería», dijeron.
Y precisamente objetivos parecidos se buscarán con distintas organizaciones y entidades «para no partir de cero y abrir con todo un trabajo ya realizado que posibilite unos contenidos más allá del punto de información turística», explicó Hermoso.
Ya a principios de este año, y justo cuando se dio a conocer que el plan estratégico de transformación turística 'Logroño Enópolis' contará con tres millones de ayudas estatales, se explicó que tal cuantía facilitaría la apertura del CCR «durante el segundo semestre del año».
Se hará una reapertura «progresiva», empezando por el punto de información enoturística, pero poco se ha concretado desde entonces más allá de confirmar el hecho en sí. El primer edil logroñés precisaba ayer que todo apunta a los meses finales del presente ejercicio. Se sigue trabajando para que 2022 sea el año de la nueva puesta de largo del CCR tras su cierre en verano de 2016... aunque está por ver cómo se llamará finalmente el mismo.
Así, y como con los sumilleres, se llevarán a cabo acciones que impulsen la promoción económica, con distintos planes de acción y formación cuyas líneas estratégicas serán la investigación, el aprendizaje, la transferencia del conocimiento y la capacitación y formación de los profesionales del sector vitivinícola.
