Mikel mostrando la humedad en los garajes y varios trasteros tras la última inundación. Juan Marín

La desventura de ser inquilino en Toyo Ito

Inquilinos del residencial 'Pradoviejo' denuncian problemas con los servicios y deficiencias en la comunidad y critican la tardanza en su reparación

Javier Campos

Logroño

Sábado, 13 de noviembre 2021, 19:44

El parte de incidencias es largo y variado aunque, a las puertas del invierno, los fallos en el suministro de agua caliente y calefacción se ... repiten. Y el bloque 4, concretamente el central, acumula buena parte de los mismos. «Me pasa a mí y a mi vecino de enfrente, pero también les pasa a muchos otros», protesta Iván refiriéndose a José Manuel y a otros habitantes de las letras K y L sin olvidarse de las J, H e I.

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Inquilinos de la promoción de Toyo Ito, en el número 30 de Las Tejeras, denuncian problemas con los servicios y deficiencias en la comunidad y critican la tardanza en su solución y su reparación. Se da la circunstancia de que la mayoría, hasta 313 de los 468 pisos, son de alquiler y los arrendatarios ponen de manifiesto que los arreglos -tanto dentro como fuera- se demoran en el tiempo con frecuencia.

«Es algo que nos suele pasar habitualmente, solo tenemos agua tibia... tirando a fría», confirma Ángel, quien lleva dos años de renta y desde el principio quedó sorprendido porque «siempre hay algo averiado o estropeado». «La calefacción nunca llega a calentar de una forma normal... y si uso el agua caliente, lo hace aún peor», apunta José Manuel, alquilado desde octubre y que, a punto de ser padre, piensa en mudarse.

Juan Marín

«Me paso los días y las semanas dando avisos», señala Paco, tres años como vecino y varios meses sin calefacción por problemas, según dice, en el termostato. «Buscaba algo bueno, bonito y barato y apareció esto. ¿Bonito? Puede. ¿Bueno? No. ¿Y barato? Te diría que lo barato sale caro», dice.

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Arrendatarios del oficialmente residencial 'Pradoviejo' explican que, cuando tienen un problema, llaman al teléfono de atención al cliente de Servihabitat, quien gestiona -y comercializa- los pisos propiedad de Building Center que en su día tuvo que asumir 'La Caixa' después de que las constructoras definitivas -tras no pocos contratiempos- no lograsen vender la promoción proyectada por el arquitecto de fama internacional.

«Y es ahí donde empiezas a dar vueltas y más vueltas y, como tengas una incidencia grave, puedes quedarte tirado y vendido varios días en el mejor de los casos», se quejan los afectados. Al respecto, desde la propia Servihabitat aclaran que las incidencias en los suministros -como las que tienen que ver con el agua caliente y la calefacción- son competencia de la comunidad de propietarios como tal. «Nosotros nos encargamos de las privativas de nuestros inquilinos, y se les trata de dar respuesta lo antes posible con criterios de habitabilidad y seguridad, y el resto se canalizan y se derivan», informan.

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Desperfectos en algunas columnas de la urbanización. Juan Marín

Los perjudicados, pese a las explicaciones, piensan que 'casero' y administrador de fincas «se pasan la pelota» y, al final, «siempre pagan los mismos». A los problemas particulares, además, se unen los comunes, con desperfectos especialmente visibles en los garajes. Las filtraciones son constantes, las humedades aparecen aquí y allá y se han producido inundaciones por fugas de agua -la última afectando a varios trasteros-. «La comunidad repara lo habido y por haber, nadie se opone ni paraliza nada, aunque es cierto que existen deficiencias constructivas, algunas de las cuales están judicializadas, que hasta que no se resuelven no se puede actuar», justifican desde Adser Fincas. La administradora que gestiona la comunidad defiende que hay un «correcto» mantenimiento tanto funcional como estético, que los problemas «no son serios ni continuados ni diferentes» al resto de propiedades, aunque reconocen que «tal vez sí que se dé un problema de gestión interna» al tratarse de un gran propietario sin oficina física en Logroño.

Y luego, para más inri según los arrendatarios -que, como manifiestan, son «mayoría aunque sin voz ni voto»-, están los arreglos en sí. «Hasta tres veces tuvieron que venir a cambiarme el plato de ducha... las reparaciones no son chapuzas, los chapuceros son los reparadores», concluye una inquilina.

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