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Fiestas de San Bernabé: Degustación bernabea de normalidad

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Fiestas de San Bernabé

Degustación bernabea de normalidad

Las fiestas de siempre. La capital vive el primer día festivo con la gente en la calle como antes de la pandemia

Javier Campos

Logroño

Jueves, 9 de junio 2022

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Había ganas de celebrar las Fiestas de San Bernabé de Logroño, muchas, tantas que hubo hasta quien no pudo contener las lágrimas... planchando la blusa de peñista, como decía Juanjo Sánchez en la peña Aster; emocionándose en plena preparación de bocatitas, como le pasaba a Mar Luna en la Casa de la Comunidad Valenciana; dejando claro lo duro que han sido para todos estos dos años pasados, según ponía de manifiesto David Peris, llegado desde Sueca con el puesto de Chocolates Comes.

Ganas de celebración, de reencuentro, de compartir... de salir, en definitiva. «De volver a vivir», en palabras de Antonio Urdiales, quien daba voz a la peña La Unión, que en la plaza del Ayuntamiento ofrecía una degustación de salchichón, una de las tantas que hicieron que, junto a las exhibiciones, concursos, pasacalles, desfiles, teatros y demás representaciones, lo de ayer fuese una verdadera degustación bernabea de la tan traída y llevada -pero, sobre todo, buscada- normalidad.

Logroño disfruta desde la tarde del pasado miércoles de las fiestas de siempre. Las de cada junio, esas que la capital regional festeja en honor a San Bernabé, Día de La Rioja incluido. Las del asedio francés -también navarro- de 1521, suspendidas en 2020 y 2021 por la pandemia de coronavirus dada la situación de emergencia sanitaria, y que los de aquí y los de fuera retoman tanto en su parte más histórica como lúdica.

La parte histórica, con las recreaciones y la vuelta a 1521, se une estos días a la más festiva y lúdica, con actos para todo el público

El Centro Histórico -con excepciones aquí y allá en otras partes de la ciudad, caso del parque Gallarza y las calles Villegas y La Cigüeña- vivieron el primer día festivo como tal con la gente en la calle como en 2019, antes de que la COVID interrumpiese recreaciones de campamentos, mercados renacentistas y degustaciones en cada rincón del Casco Antiguo.

Este 9 de junio, como en la tarde del 8 o se espera durante todo el 10 y el 11, no faltó nada de lo que tuviese que ver con el San Bernabé más popular... y populoso. La jornada, que se fue animando con el paso de las horas -con el lógico parón del mediodía-, recordó a la vida sin SARS-CoV-2. Volvió la música, volvió el baile y, por encima de todo, las ganas de calle. La animación callejera hizo que a lo programado se le uniese toda suerte de artistas con tantas ganas o más que el público en general.

«Se echaba de menos este ambiente, sí...», resumía Simon Dempsey, quien desde su puesto especializado en malabares en la esquina entre Sagasta y Marqués de San Nicolás -la del antiguo Casino- hacía un guiño a la vida recuperada. Inglés afincado en Logroño desde hace 25 años, Simon llegó a ser conocido como 'malabarafooting man' -corría carreras haciendo sus juegos-.

De malabares estos dos años pasados saben mucho quienes regentan puestos en el mercado renacentista -plazas del Mercado, La Oca o Santiago y calles Sagasta, Barriocepo, Excuevas, Cofradía del Pez y La Merced-. También las compañías de teatro, títeres, cuentacuentos y cómicos... Que este jueves por la mañana por el centro de la ciudad se viesen pasacalles musicales, carros con juglares, animación infantil y bailes de época (mezclados con jotas dado el día que era ) y que se volviesen a repetir ya por la tarde fue la mejor prueba de que lo malo, o cuanto menos lo peor, ha pasado. Quizás los espectáculos de fuego de la noche, varios a lo largo de estos días, sean la señal de que lo mejor -o al menos la existencia de siempre- ya está aquí.

La gastronomía se cuela por derecho propio en el programa en honor al patrón

Peñas, Casas Regionales y Asociaciones de Vecinos recuperan las tradicionales degustaciones, «símbolo de lo que es más nuestro»

Degustaciones... «símbolo de lo que es más nuestro», llegaron a coincidir varios en señalar lo que pudo vivirse en la mañana de ayer y, aunque en menor medida, también por la tarde. Portales se convirtió en el eje de las idas y venidas en busca de los sabores de siempre.

Peñas, Casas Regionales y Asociaciones de Vecinos recuperaron las tradicionales citas en torno a pinchos y vinos. Salchichón a cargo de La Unión en el plaza del Ayuntamiento; choricillo a cargo de La Alegría en la Glorieta; calamares en El Espolón a cargo de Aster; bocatita de chistorra o queso del roncal por parte del Hogar Navarro en Portales 23; gulas de La Simpatía en la plaza Martínez Zaporta; tosta de paté con boletus a cargo de La Rioja en Once de Junio; bocatita de lomo con pimientos de la Casa de la Comunidad Valenciana en San Agustín...

Tampoco faltó el concurso de 'patatas a la riojana' de la pena La Uva en el paseo de Dax. «20 mesas, grupos de un mínimo de ocho... nos juntaremos a comer unas 200 personas», adelantaba Sergio García. Y hoy ofrecerán 'embuchados'.

«Serán unas 1.700 raciones», estimaba Antonio González del Hogar Navarro entre chistorra y queso. «2.000», elevaba Ángel Ruiz de La Simpatía refiriéndose a las gulas. «La acogida buena, como siempre, porque las degustaciones tienen mucho tirón», apuntaba Aitor Solano, de la peña La Rioja. Ayer también hubo migas del Hogar Extremeño en La Cigüeña y pinchos morunos de Los Brincos y bocatita de lomo de la asociación de vecinos Centro Histórico ya por la tarde.

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