«En cuestiones de la salud, bienestar y seguridad no debería haber debate»

– ¿Cree que ya ha adquirido el carril bici de Logroño un significado político?

– Sí. El PP hizo bandera de este asunto en las elecciones, probablemente porque era la baza más importante que podía jugar, azuzar a la parte de la ciudad que pensaba que le perjudicaba. Hasta tal punto que ahora, aunque parte del partido pueda pensar que no sea tan buena idea revertirlo, se encuentra atrapado en sus propias palabras.

– Pero el discurso se ha reducido hasta solo centrarse en avenida de Portugal, frente a todo el eje ciclista Este-Oeste, olvidándose de otro tramo polémico como fue Duquesa de la Victoria...

– Son unos pocos cientos de metros pero eliminarlo sería como poner una barrera en una autopista, interrumpiría el recorrido y las alternativas no son viables. A mí me gustaría que el PP recapacitara y no se empecinara en cumplir esa promesa electoral pensando en que, si no lo hacen, sus votantes creerán que han mentido. Será mejor retroceder a tiempo que no cometer un error e hipotecar la incipiente red ciclista de la ciudad.

– ¿Qué importancia tiene avenida de Portugal, que son 500 metros, frente a todo el eje?

– Tiene su importancia. Quizá porque fue el último tramo cargaron más las tintas sobre él, aunque se dijeron cosas parecidas sobre Duquesa de la Victoria. Si cortas un trozo de una vía complicas su funcionalidad, provocaría una interrupción. Y el problema son las alternativas, que no se han concretado. Antes de quitar una parte, hay que saber cómo se va a hacer el otro. Bretón de los Herreros está lleno de terrazas y hay mucha carga y descarga, así que meter un carril bici no tiene sentido, sería enfrentar a peatones y ciclistas. Y por Gran Vía se daría un rodeo, además de que sería poner una vía ciclista, que no se sabe si será segregada, en una calle de mucha circulación, por donde pasan todos los autobuses urbanos, con las rotondas con más siniestralidad ciclista. Sería disparatado. Todo para no perder los fondos europeos, que son finalistas; es decir, que tienes que cumplir un objetivo de movilidad, por lo que si la alternativa es peor, entiendo que la subvención peligra.

– ¿Por qué hay carriles bici en los que se segrega al ciclista en una dirección pero no en otra? No estando masificados parece más útil y seguro que los ciclistas usen el carril bici en ambas direcciones, ¿no?

– Depende. Dos bicis caben muy justas y deberían hacerlo a baja velocidad. El carril bici no solo está pensado para bicicletas estándar, también para adelantarlas, para bicis con carro y para la ciclologística. Algunas empresas ya empiezan a usar el reparto de mercancías en bici y si se promoviera supondría menos contaminación y mayor bienestar para todos. El carril bici tiene su sentido en anchura y tiene que ver con que la ciudad ya está hecha, el espacio es el que hay y se deben compatibilizar muchos usos a encajar.

– El anterior equipo de Gobierno de Logroño reconoció que faltó divulgación. ¿No cree que antes o en paralelo a los carriles bici se debía de haber concienciado más al ciudadano de no usar tanto el coche?

– Estoy de acuerdo en que han faltado explicaciones, educación y promoción de las infraestucturas, pero yo no lo haría antes sino a la vez. Pero decirle a la gente que no use el coche puede interpretarse como un atentado a la libertad. Hay quien hace bandera de eso. Lo que se tiene que garantizar es la accesibilidad, poder llegar, por lo menos, andando. El coche ya dependerá de la disponibilidad. Yo puedo querer aparcar en la puerta de una tienda, pero una cosa es el deseo y otra que sea posible. Puedes tener suerte pero lo normal sería estacionar y andar uno o dos minutos. Cuando vamos a un centro comercial pensamos que aparcamos y estamos en el sitio, pero andamos unos minutos hasta llegar a donde vamos. El uso del coche debería reducirse, pero somos muy cómodos.

– El PP aboga por un consenso. ¿No se debería haber llegado antes a ese consenso? Al final, como con la educación y la salud, el carril bici parece un arma política arrojadiza.

– Hay cosas en las que no debería haber discusión. El cambio climático, lo estamos viendo, nos está mordiendo los pies y la contaminación que no se ve está ahí, como el ruido, la siniestralidad... Son cosas evidentes. En Vitoria, gobiernos del PP han promovido carriles bici. Esto no se puede convertir en una cuestión de partidos porque, entonces, uno lo quita porque lo ha puesto el otro. Como en otros ámbitos, lo ideal sería que se pusieran de acuerdo, pero tienen visiones diferentes. En cuestiones que afectan a la salud, el bienestar y la seguridad de las personas no debería haber debate. El PP no ha dado argumentos técnicos.

– Y hablando de consenso, ¿ha contestado el PP a su petición de reunión sobre el carril bici?

– Antes de las elecciones se celebró un debate en el Ateneo Riojano y ya entonces pedí continuar hablando al hoy concejal Javier Martínez Mancho, independientemente de lo que pasara el 28-M. Tras las elecciones, pedimos reunirnos para hablar, ofreciéndonos a resolver dudas o asesorar, y no hemos tenido respuesta. No sabemos con quién se han reunido. No queremos dictar las cosas, pero sí que nos escuchen. Llevamos más de veinte años en esto, tenemos cierta capacidad técnica y somos usuarios. Sabemos de lo que hablamos.

– ¿Desde Logroñeando en Bici ponen alguna pega a los nuevos carriles bici?

– Hubo una época en que los carriles bici se hacían por las aceras y eso es un disparate, con unos trazados que no eran ni medio normales, poco amables. Todo es susceptible de mejorar. En los actuales se pueden mejorar ciertos giros pero, para como se ha hecho, están bastante bien.

– Y, mientras tanto, del eje ciclista Norte-Sur ni hablamos...

– Está planificado y pedimos que no solo no se vaya hacia atrás sino que se siga adelante. La red de vías ciclistas está contemplada desde el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de 2013 por un acuerdo unánime de todos los partidos que entonces formaban el Ayuntamiento de Logroño.