Solar resultante tras el derribo del convento junto a la iglesia, con una excavadora retirando los últimos escombros. Sonia Tercero
Barrios

El convento de Madre de Dios ya es historia

Menos de dos meses han sido suficientes para derribar un edificio «ruinoso e insalubre» de 1969 que, de momento, dejará un solar a la espera de tomar una decisión

Javier Campos

Logroño

Lunes, 14 de julio 2025

Un viejo convento que ya no está, un nuevo solar que va tomando forma a la espera de ser vallado, y una decisión que habrá ... que tomar mientras ya se piensa en las obras de consolidación de la iglesia que, de momento, ha quedado exenta. Madre de Dios, en un visto y no visto, se ha quedado sin un edificio reconstruido en 1969 aunque con una historia que se remonta varios siglos atrás. Un complejo religioso que, ahora sí y nunca mejor dicho, ya es solo historia.

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Menos de dos meses de trabajos, a golpe de palas excavadoras y martillos neumáticos, han sido suficientes para derribar un inmueble «ruinoso e insalubre» tras dos décadas de abandono. «La falta de inversión y de mantenimiento a lo largo de los últimos 20 años condujo a un constante deterioro», sentenciaba el último informe municipal que llevaba a primeros de 2024 a que el Ayuntamiento optase por derribar el convento y mantener solo la iglesia ante el riesgo de derrumbe.

La iglesia, ya exenta, el pasado viernes. Sonia Tercero
Aspecto de la medianera que puede verse. Sonia Tercero
Trabajos de demolición con La Ribera al fondo. Sonia Tercero
La pala excavadora dejando ver los huecos de conexión entre edificios. Sonia Tercero
El derribo, desde otra perspectiva. Sonia Tercero

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No fue hasta algo más de un año después cuando la demolición se hizo contrato, adjudicando las obras a Hercal Diggers, una de las nueve empresas que presentaron oferta y que, finalmente, ganó el concurso por un coste de casi 300.000 euros (243.611,44 euros más 51.158,40 de IVA) y un plazo de ejecución de tres meses.

Madre de Dios comenzó a despedirse de su convento casi sin darse cuenta en la última quincena de mayo, y a día de hoy prácticamente ha dicho adiós por completo a las dependencias anexas a la iglesia, en la confluencia de las calles Madre de Dios y La Ribera. Ha sido, tal y como ya adelantase el concejal de Urbanismo, Íñigo López-Araquistáin, una «demolición controlada, muy manual en sus primeras fases, de dentro hacia fuera y que, como ha pasado con el edificio de los antiguos juzgados, no se haya percibido casi hasta el final».

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Prácticamente se da por hecho que habrá que ejecutar alguna actuación a fin de adecentar la iglesia

El derribo, adelantado por Diario LA RIOJA, ha dejado libre la iglesia, desocupada para tal fin por la asociación vecinal de Madre de Dios. La vuelta a la misma, según el gobierno local, está garantizada (concretamente, es la asamblea de Madre de Dios, en la que se integran diferentes colectivos, la que se encarga de gestionar el centro cívico del citado barrio tras su cesión en 2009 a la asociación vecinal como tal). Nada se sabe, eso sí, del cuándo o el cómo.

Y es que, viendo el resultado de la demolición, y el aspecto de la medianera de la exparroquia tras la desaparición del inmueble conventual que la acompañaba, se da por hecho que habrá que ejecutar alguna actuación a fin de adecentar el 'templo' que se ha quedado solo junto al espacio resultante y para el que habrá que decidir, de la misma manera, su futuro uso (ideas hay, y en su mayoría pasan por convertirlo en un nuevo espacio relacionado con la actividad de que se dote al edificio que queda en pie).

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Ideas para el solar hay, y en su mayoría pasan por convertirlo en un nuevo espacio relacionado con la actividad del inmueble

Cabe recordar que nada era lo que parecía en el convento de Madre de Dios. Si bien sus orígenes datan de 1527, el conjunto fue quemado en 1936, en los meses previos a la Guerra Civil, quedando reducido a ruinas hasta su reconstrucción ya en 1969. Por ello, se dijo que nada del mismo es digno de protección especial alguna, más allá de su portada, uno de los pocos vestigios del complejo original del siglo XVI aunque trasladado desde su ubicación inicial –desde la calle La Ribera a Madre de Dios–.

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