Trujillo Suárez no recoge insultos en las expulsiones de Echevarria, Olaetxea y Sergio Rodríguez
El colegiado mostró roja a los tres por protestar, por lo que la sanción será de un partido, si la entidad no recurre con éxito
Era la primera vez que el canario Trujillo Suárez pitaba un partido a la UD Logroñés y, desde luego, no pasó desapercibido. Tres tarjetas amarillas y otras tantas rojas, aunque dos de ellas fueron para técnicos y no para jugadores. El acta que redactó el trencilla no permite pensar, sin embargo, en sanciones más graves que las que indican el típico partido por expulsión.
Pablo Bobadilla, que regresaba al equipo después de cumplir sanción por acumulación de cartulinas, vio amarilla en los primeros minutos; más tarde le tocó el turno a Jaime Sierra. Al primero se le sancionó por «discutir con un contrario sin llegar a insultos ni a la amenaza»; el centrocampista fue castigado por «realizar una entrada a un contrario en la disputa del balón de forma temeraria». De hecho, el madrileño ya había acariciado la cartulina amarilla en alguna jugada anterior.
Mucho más rápida fue la amonestación a Leo Ruiz. En apenas tres minutos sobre el césped, el colombiano vio la amarilla en una acción carente de sentido. Décima amonestación.
Lander OlaetxeaLos chivatazos del cuarto árbitro fueron determinantes en las expulsiones de Olaetxea y del técnico blanquirrojo
Y de las amonestaciones, a las expulsiones. Lander Olaetxea no podrá jugar en Castellón, porque Trujillo Suárez le mostró tarjeta roja en el minuto 81, cuando ya estaba en la grada, por «protestar desde su ubicación en la grada de forma ostensible y reiterada» una de sus decisiones. Roja mostrada por el chivatazo del cuarto árbitro, el castellano leonés Cid Camacho, que no solo oyó lo que se decía en la grada, a sus espaldas, sino que además identificó al futbolista a pesar de que lucía mascarilla y no verle el movimiento de la boca. Minutos antes de esa decisión, el colegiado había expulsado Isusko Echevarria, preparador de porteros, por «protestar desde su ubicación en la grada de forma ostensible y reiterada» una de las decisiones del colegiado.
Y minutos más tarde, a raíz de la expulsión de Olaetxea, tomó la misma decisión con Sergio Rodríguez, previo chivatazo una vez más del cuarto colegiado, muy preocupado de lo que pasaba en el banquillo. Rodríguez vio la roja por «protestar una de las decisiones arbitrales de forma ostensible y reiterada, gritando en repetidas ocasiones». Ni hubo insultos ni malas palabras, solo protestas. Había mucho en juego.