«Llegué como interino y no sé si éste es mi principio o final como entrenador»
El técnico repasa este quinquenio en el banquillo, al que llegó para sofocar un fuego y que, de momento, vive en el fútbol profesional
No estaba en el guion perder el sábado frente al Cartagena, partido que además suponía el partido número 150 de Sergio Rodríguez en competición liguera. ... Pero se perdió y las celebraciones cayeron en el olvido. El técnico repasa lo que han sido estos casi cinco años en el día a día de la UD Logroñés, a la que sigue colocando por encima de cualquiera de sus integrantes. De hecho, firmaría que la UDL se mantuviera en la categoría con otro entrenador antes que descender con él. No es la primera vez que habla en este tono.
-No fue la mejor de las celebraciones, pero 150 partidos en el mismo banquillo (en liga) es una cifra más que respetable.
-De hecho fue la peor de las esperadas, pero es verdad que no es fácil alcanzar esta cifra porque no solo necesitas hacerlo bien, sino que la gente del club confíe en ti.
-¿Recuerda cuando le llamaron para que se hiciera cargo del equipo en noviembre de 2016? Usted estaba en juveniles.
-Carlos quería dejarlo y me dijeron a mí. Fue todo muy rápido y mi llegada era con carácter de interinidad. Como entrenador no te cambia ni la planificación ni la metodología ni la dedicación, pero sí que es verdad que pasas de dirigir en Juvenil a una categoría profesional o semiprofesional y la gestión del día a día es diferente. Todo se mide por los resultados.
-Su primer partido fue Valdebebas y el equipo deslumbró y ganó. Una semana después empataba contra la Real Sociedad y regresaba al juvenil. ¿Era lo que pensaba?
-Sí, no tenía mayor expectativa en aquel momento. No me hice ilusiones, simplemente eché un cable al club en un momento delicado.
-¿Está satisfecho con estos 150 partidos?
-Sí. Personalmente, he evolucionado. Pasar por diferentes momentos te hace cambiar y el club ha crecido, que en el fondo es lo que buscamos los que somos de aquí.
-El primer equipo ha crecido, ¿y el resto del club?
-Sí, por supuesto. Miras hacia atrás, hace cuatro o cinco años, y ves lo que había de estructura. Ahora, tenemos más equipos y más departamentos, aunque es evidente que un ascenso es mucho más visible.
-¿Cree que desde fuera se ve y se valora?
- No lo sé. Nosotros queremos que el club crezca y mejore, pero no sé lo que piensa la gente ni le pregunto. Yo creo que ha mejorado. Hace cinco años había un juvenil y un primer equipo. Ahora tenemos plantillas en todas las categorías y buenos entrenadores. El Mundial'82 es una buena instalación para la cantera. Nos ha costado un mundo que los equipos aparezcan y, después, que asciendan. Y no hablo ya de su estructura de metodología, rama social, de valores,... Es muy evidente.
-Volvamos a usted, 73 victorias, 41 empates y 36 derrotas. ¿Qué valoración hace de estas cifras?
-Este año nos ha bajado mucho la media, no vamos a engañarnos. Me las dices... bueno, bien.
-¿Cómo está mentalmente en este momento?
-Ahora mismo, bien. Los que somos de aquí acusamos una mayor responsabilidad, pero en este momento podemos decir que estoy bien.
-¿Febrero ha sido su peor mes en estos cinco años?
-Seguramente. Ha sido un mes difícil.
-Muy diferente a aquella semana que se abrió con la derrota en La Planilla en septiembre del 2018?
-Cada una tiene lo suyo. Siempre hay momentos difíciles para los entrenadores y, de hecho, hay más malos que buenos. Lo que más me afecta es el exceso de responsabilidad. No es comparable con nada. Lo negativo y lo positivo afecta mucho más y cuando quieres algo hay mayor grado de responsabilidad. No puedes decir: 'Venga, me quito la responsabilidad'.
-Y un entrenador pasa menos desapercibido que un jugador.
-El rol es muy diferente, aunque yo no habló por mí, a título personal, sino por el club. Lo que menos importa es si sigo o no. El exceso de responsabilidad viene dado por lograr o no los objetivos del club.
-Vamos, que prefiere que el equipo logre la permanencia con otro entrenador que descienda con usted, que no se lo deseo.
-Por Dios, claro. Lo firmaría. Por encima de cualquier persona, y de mí, está el club. Lo tengo clarísimo. A mí me gustaba entrenar, pero no se me había pasado por la cabeza coger el primer equipo. Surgió la situación y así empezó todo, pero el club está por encima de mí, al menos en éste. En otro, no lo sé.
-El fútbol no deja de ser curioso porque usted tuvo que hacer las maletas para crecer como futbolista y, sin embargo, como entrenador se está haciendo en casa, que es más complicado.
-Sí, pero me hice fuera por lo que pasó aquí. Me costó Dios y ayuda salir de casa, pero si quería dedicarme al fútbol tenía que emigrar. Ahora estoy aquí y no me planteó nada más. No sé si éste es mi principio o final como entrenador.
-¿No se ve entrenando a otros equipos?
-No lo sé, ni me lo he plantado. Me gusta entrenar, pero no sé qué pasará. Además, tengo un vínculo muy fuerte con este club.
-¿Cuántas horas dedica al club cada día?
-No lo sé, pero los primeros días de la semana son muy intensos porque hay que analizar al rival, ver a tu equipo, preparar los entrenamientos... Y luego este oficio tiene un trabajo añadido, que es difícil desconectar cuando llegas a casa. Es lo que más desgasta. Sobre todo si las cosas no van bien. Peleando por no descender es difícil desconectar.
-Llevarse el trabajo a casa.
-Eso es. Intento no ser inaguantable en casa, pero a veces es inevitable pensar en otras cosas. Cuando llegó dejo el móvil en el despacho.
-¿Le sorprende el número de puntos que están sumando los equipos de la zona baja en las últimas semanas?
-Excepto con tres o cuatro equipos, a un partido puede pasar cualquier cosa. Tienes una jugada desafortunada y es difícil darle la vuelta al encuentro. Cuesta mucho ganar un partido. En nuestro caso recuerdo la victoria sobre el Albacete.
-El partido de Málaga es el más importante. ¿Y el más emotivo?
-Sin duda alguna. El más importante y el más emotivo.
-¿Cómo imagina este club en cinco años?
-Tengo mucha confianza en el club, en la gente y en el potencial de la ciudad. Espero que siga creciendo. Mantener la categoría es vital para crecer, pero está avanzando en otros aspectos, como el de la masa social.
-Últimamente se habla mucho del aficionado, sobre todo a raíz de la aparición de la idea de la Superliga. ¿Camina el fútbol hacía un concepto más económico que de sentimiento?
-Un club no puede sobrevivir sin dinero, pero tampoco sin sus aficionados. Son dos puntales y tienen que entenderse de la mejor manera posible. No tiene sentido ser un club económicamente muy poderoso, pero sin apoyo de la gente y tampoco ser un club con un gran apoyo, pero sin ese soporte económico.
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