Aire para un rival asfixiado
Desde la línea de fondo ·
El Logroñés cosechó este sábado una de sus derrotas más dolorosas del año. Perdió un partido cuya transcendencia va más allá de los cuatro ... puntos (los tres, más el que hubiera sido necesario para superar el golaverage con el Cartagena, ahora igualado). Era casi un juego de eliminación para los murcianos. De haber perdido, el Logroñés tendría un rival menos, que ahora -por contra- está crecido.
Desde Cartagena se apeló a algo más que la técnica para ganar el partido, y bien es cierto que -por momentos- a los jugadores blanquirrojos les faltó testosterona para luchar cada uno de los mil balones perdidos, para tratar de alcanzar el cuero en el área o para asumir el mando del centro del campo. También es cierto que desde Cartagonova a Las Gaunas no llegó un equipo muy superior, pero sí uno con más 'testiculina'.
El Cartagena tuvo más posesión de balón, y desplazó el escenario de la contienda hasta el terreno blanquirrojo. Mantenía el peligro lejos de su dominio, pero tampoco lo creaba en la portería riojana.
Sin embargo, llegó una jugada, cuando menos, extraña. Un centro lateral golpeó -según el VAR- en la mano de Bobadilla. Pablo no protestó e incluso su cara, cuando el árbitro esperaba la resolución del tribunal de Las Rozas, ya parecía condenarle. Sin embargo, las imágenes, al menos a mí, no aclaran mucho. Elady no tuvo problemas para enviar el balón a la red desde los once metros. Y el Logroñés siguió igual. Nuevamente pareció faltarle testosterona para reaccionar. Si no con cabeza, por lo menos con las gónadas. En cualquier caso, lo de Las Gaunas ya es historia y ahora queda una nueva bala para dentro de 7 días en Castellón, aún con las heridas sangrantes en forma de expulsiones y tarjetas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión