María Isabel Galarreta | Voluntaria de Cáritas La rioja

«Se trata de extender la mano al puro corazón, acoger y ayudar»

«Yo di el paso porque quería compartir mi tiempo, mi voz y mi escucha con esas personas que han tenido que dejar atrás lo que conocían, su tierra, su cultura, sus familias... y que llegan a nuestro país con esperanza, pero también con mucho miedo», explica María Isabel, una de las encargadas del taller de voluntariado en el que se enseña a los migrantes castellano y la cultura española.

«Tuvimos la gran suerte que nos dejan unas aulas en el Centro Cultural Ibercaja y ahí desarrollamos nuestro trabajo de orientación cultural, taller de convivencia y también de acompañamiento humano, porque cuando uno llega aquí sin apenas hablar español lo que más necesitan es apoyo y confianza», asegura para destacar que «hemos tenido hasta tres aulas con entre 20 y 30 alumnos en cada una y a veces venían madre e hijas e incluso familias completas».

Convencida también de que el voluntario recibe más de lo que da, destaca que «somos testigos de todos sus logros y nos alegra porque en cierta forma son parte también de nuestra vida. Yo he tenido niñas que por su cultura las han dejado con nosotros para aprender el idioma y que ahora están estudiando una formación profesional de sanitario y estoy encantada. Se crea un vínculo, una confianza y luego se mantiene y vienen a contarte cómo les va, con la mayoría nunca perdemos ese enlace», asegura para añadir que «a mí esto me ha enseñado la verdadera integración, un punto común lleno de respeto y de humanidad mutuos. Se trata de acoger y ayudar, sin juicios ni miedo. Es extender la mano al puro corazón».