La tosferina repunta en La Rioja y los casos de este año duplican los de los últimos cuatro

Inmersos en una nueva onda epidémica que comenzó a gestarse en verano del pasado año, La Rioja ha experimentado un repunte notable de los casos de esta enfermedad de la que en los casi tres primeros meses de este año se han notificado 36 casos. A priori, pueden no parecer excesivos, pero sí lo son si se comparan con los contabilizados de 2020 a 2023. En esos cuatro años 17 personas fueron diagnosticadas de tosferina, algo menos de la mitad de los notificados entre enero y el pasado 24 de marzo. El mayor número de afecciones se produjo las semanas 9 y 10, que se corresponden con el periodo que va entre el 26 de febrero y el 10 de marzo.

La evolución clínica de los casos ha sido buena, explica la directora general de Salud Pública, Eva Martínez Ochoa. Sólo una persona requirió ingreso. Se trata de un paciente de edad avanzada que ha evolucionado favorablemente.

Según el informe epidemiológico sobre la situación de la tosferina en España, 2023, del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, durante el periodo pandémico (2020-2022), al igual que el resto de infecciones respiratorias agudas, se redujo drásticamente la incidencia de tosferina, con lo que entre esos años «no hubo circulación de esta bacteria», explica Martínez Ochoa.

A partir del verano de 2023, la enfermedad experimentó un repunte muy llamativo, en España y en otros países de diferentes zonas del mundo. En La Rioja, detalla, la onda ha llegado un poco más porque «cuando se ha notado el aumento de casos ha sido en este primer trimestre de 2024».

La también llamada tos convulsa dejó el año pasado en La Rioja una incidencia de 4,02 casos por cada 100.000 habitantes, la séptima más alta de todo el país, por debajo de la media nacional y muy lejos de la autonomía más afectada que fue el País Vasco (22,7).

La tosferina, que está afectando sobre todo a niños y adolescentes, presenta un patrón con ondas epidémicas cada 3-5 años. El pico de máxima incidencia se alcanzó en el conjunto del país en 2015 (19,9 casos por 100.000 habitantes). En todo ese año, en La Rioja se superaron los 61 episodios y la enfermedad estuvo especialmente activa a lo largo de junio, un mes en el que la región sumó 21 casos confirmados. El episodio más grave se detectó a principios del verano, cuando falleció una bebé de tan solo 8 días de vida. Precisamente este fue el detonante de que se introdujera la vacunación en las embarazadas.

En España ninguna vacuna es obligatoria, pero sí hay un calendario oficial en el que se recomiendan las vacunas necesarias para cada etapa. La de la tosferina se administra en los niños a los 2, 4 y 11 meses y a los 6 años. Y en las embarazadas, a partir de la semana 27 de embarazo, con el objetivo de evitar que el niño, una vez nacido, esté protegido en los primeros meses en los que no se le puede inmunizar gracias a los anticuerpos que le transmite la madre a través de la placenta.