La Rioja ha detectado este año casos de tuberculosis bovina en 19 explotaciones
La región avanza en el control de la enfermedad y logra reducir a la mitad su tasa de prevalencia, del 4,32% en 2023 al 1,80% del pasado ejercicio
Optimismo cauteloso. La Rioja avanza en el reto de controlar la tuberculosis bovina y, pese a la detección de nuevos casos en las explotaciones ganaderas de la comunidad, ha logrado una notable mejora de su situación sanitaria al recortar casi a la mitad la prevalencia de la enfermedad, del 4,32% de 2023 al 1,80% al cierre del pasado ejercicio.
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El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) hizo públicos recientemente los datos de prevalencia de tuberculosis bovina correspondientes a 2024, unas tasas que reflejan que hay 19 provincias oficialmente calificadas como libres de la enfermedad –Asturias, Baleares, Burgos, León, Valladolid, Murcia, las dos Canarias, las tres vascas y las cuatro de Cataluña y Galicia– y otras cinco con tasas inferiores al 0,1% –Zaragoza, Alicante, Castellón, Huesca y Navarra– que rozan el status de libre, lo que lograrán si certifican esa incidencia durante tres años consecutivos. La otra cara de la moneda se presenta en Ciudad Real (11,13%) y Jaén (10,21%). En medio, La Rioja, con avances notables, pero con la aparición de nuevos casos que obligan a mantener la guardia alta.
«Sin posibilidad de avanzar datos de prevalencia de 2025 hasta que no cierre el ejercicio, la actual, la corresponidente a 2024, es de 1,80 frente al 4,32% de 2023, con lo que la valoración es positiva, ya que esa tasa nos indica que está bajando, que se está controlando, pero también que tenemos que mantener la exigencia en la aplicación del programa nacional y también que debemos seguir trabajando de la mano con los ganaderos y en el Foro de Sanidad Animal para implementar medidas que nos ayuden a rebajarla aún más y que la incidencia sea menor», explica María Jesús Miñana, directora general de Agricultura y Ganadería.
Otros 60.000 euros en ayudas
Durante 2023 La Rioja registró 45 explotaciones ganaderas con al menos un animal reaccionante positivo, aunque cerró el ejercicio con solo 7 explotaciones con la calificación sanitaria retirada; el pasado año, la cifra de explotaciones con algún caso fue de 22, pero la campaña se despidió con solo 5 con la calificación sanitaria retirada.
«Hay satisfacción, pero no se puede bajar la guardia y tenemos que seguir trabajando»
María Jesús Miñana
Directora general de Agricultura y Ganadería
En lo que va de 2025, hasta finales de junio, han sido 19 las explotaciones con al menos un animal reaccionante positivo y a 7 se les ha retirado una calificación sanitaria que, no obstante, pueden recuperar en los próximos meses.
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«Hay satisfacción, pero no se puede bajar la guardia y tenemos que seguir trabajando en hacer saneamiento de las explotaciones ganaderas y seguir avanzando en las medidas fijadas, también en temas de rotación de pastos y en otras medidas, por ejemplo en la identificación en las batidas de los animales que puedan ser también portadores de la enfermedad porque eso nos dará una idea de cómo están los animales en el medio natural actual», incide María Jesús Miñana.
«Hay que seguir insistiendo en la aplicación del programa nacional para la erradicación de la tuberculosis bovina de la mejor forma posible porque seguimos teniendo una prevalencia del 1,80 que no podemos olvidar», admite la directora general, quien reconoce que la aplicación del plan es complicada para un sector muy castigado, ya que «cuando salen animales reaccionantes positivos a tuberculosis se tienen que poner en marcha medidas que son restrictivas con el movimiento de animales y eso no deja de ser para esas explotaciones una pérdida de rentabilidad al no poder vender los animales muchas veces a los precios de mercado».
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Por ello, el Gobierno de La Rioja ultima la convocatoria inminente de una orden de ayudas a las explotaciones ganaderas afectadas el pasado año que contempla una partida de 60.000 euros.
Casi todo lo que debe saber sobre la Tuberculosis Bovina (TB)
¿Qué es la tuberculosis bovina (TB)?
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Es una enfermedad bacteriana crónica de los animales causada por el complejo de Mycobacterium tuberculosis, principalmente por M. bovis, pero también por M. caprae y, en menor medida, por M. tuberculosis. Es una importante enfermedad infecciosa del ganado bovino que también afecta a otros animales domesticados y a ciertas poblaciones silvestres.
¿Cómo se transmite?
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Es contagiosa y se transmite directamente por contacto con animales domésticos o silvestres infectados o, de forma indirecta, por ingestión de piensos contaminados. La vía de infección habitual en los rebaños bovinos es la inhalación de gotículas infectadas que un animal enfermo expulsa al toser.
¿Se pueden contagiar los humanos?
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Sí, pueden infectarse al ingerir lecha cruda de vacas infectadas o a través del contacto con tejidos infectados en mataderos o carnicerías.
¿Qué síntomas presentan los animales infectados?
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La enfermedad es de evolución lenta y pueden pasar meses o incluso años hasta que el animal infectado muera. Por ello, un solo animal infectado puede diseminar la bacteria dentro del rebaño antes de manifestar signos clínicos. Los síntomas aparecen en la fase tardía de la infección y se caracterizan por un estado general de enfermedad, con neumonía y fiebre baja fluctuante, debilidad, falta de apetito, pérdida de peso...
¿Cómo se detecta?
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La prueba cutánea de la tuberculina es el método estándar de diagnóstico. Consiste en inyectar tuberculina bovina por vía intradérmica y luego medir el grosor de la piel en el sitio de inyección 72 horas después. El diagnóstico definitivo se confirma por cultivo e identificación de bacterias en laboratorio.
¿Qué medidas de control existen?
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La prevención se basa en el diagnóstico precoz y el sacrificio de los animales confirmados a través de programas de erradicación.
¿Por qué no se puede erradicar esta enfermedad?
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La completa erradicación se complica con la infección persistente en animales silvestres, que actúan como reservorios. En el caso de La Rioja, sobre todo jabalíes y ciervos.
¿Qué pasa con la carne de los animales sacrificados?
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ras el sacrificio del animal, si la afectación no es muy grande y una vez retiradas las zonas dañadas, la carne pasa al consumo humano, pues la bacteria muere con la temperatura de cualquier tipo de cocción. Por ello se aconseja no comer carne cruda ni consumir leche no pasteurizada.
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