Un ramillete de programas y actividades con el hándicap de la detección
Administraciones, asociaciones y entidades ofrecen recursos variados que no llegan al sector de personas mayores más aisladas
Desde paseos hasta baile pasando por talleres de salud, conocimiento personal, lucha contra el deterioro cognitivo o cultura general. El ramillete de posibilidades es amplio. ... También el número de instituciones implicadas: administraciones (regional y municipales), asociaciones o distintas entidades (Cruz Roja, Teléfono de la Esperanza, UPD, La Caixa...).
Todos comparten objetivos: acompañar a los mayores, dotarles de recursos para mejorar su calidad de vida y permitirles ser autónomos y vivir independientes durante más tiempo. Y, de fondo pero tan importante como todo lo anterior, combatir la soledad.
La concejala de Políticas de Familia, Sociales y Discapacidad del Ayuntamiento de Logroño, Patricia Sáinz, reconoce que los esfuerzos son grandes, pero existe un hándicap: «La identificación de estas personas que padecen la soledad es un problema tremendo».
Logroño cuenta con «el gran potencial de su plantilla de Servicios Sociales» para detectar qué ocurre, siempre atentos a llamadas de vecinos o a cualquier señal que pueda ser un indicio de soledad. Y también con los trabajadores de atención a domicilio que «si detectan cualquier problema, sensación de abandono, tristeza..., dan la voz de alerta», explica Sáinz.
Cruz Roja, por ejemplo, desarrolla seis programas para mayores (desde talleres con personas con funciones cognitivas deterioradas a envejecimiento saludable o ayuda a domicilio complementaria). Su responsable Ana Arnáez coincide con Sáinz: «Para una persona mayor reconocer que está sola es duro». Además, incide en que existen distintos tipos de soledad, desde el aislamiento hasta los que se sienten desamparados pese a estar rodeados de gente.
En ciudades grandes o en pequeños municipios, la realidad es similar: «Pone en marcha proyectos cuesta, especialmente en cuanto a sensibilización. Necesitamos educar y explicar que existen todos estos recursos». Y llegar a todos, con especial atención a los hombres mayores. «Vienen de otra generación y no sé si por vergüenza o por costumbre, pero las mujeres son mucho más participativas», resume Arnáez.
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