Francisco José Caparroso y Argui, miembros de la Unidad Canina de Rescate de La Rioja, durante su ayuda en Marruecos, en la región del Atlas. F. J. C.

Ayuda humanitaria em Marruecos

«No había posibilidad de rescatar con vida»

El binomio de la Unidad Canina de La Rioja formado por Caparroso y Argui regresa «muy satisfecho» de la labor de salvamento en Marruecos

Diego Marín A.

Logroño

Martes, 19 de septiembre 2023, 07:42

El logroñés Francisco José Caparroso Hernani y su perra Argui, binomio de la Unidad Canina de Rescate de La Rioja, han estado en Marruecos del ... 11 al 16 septiembre ayudando en tareas de salvamento y humanitarias a los afectaos por el terremoto. Ya lo hicieron meses atrás en Turquía y, como entonces, han viajado formando parte de la Asociación Nacional de Grupos del Perro de Salvamento, junto a una veintena de bomberos y un guía del Equipo de Rescate y Emergencias de Cataluña.

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«Sobre todo íbamos a las aldeas más lejanas del Atlas, subiendo a más de 2.100 metros de altitud, donde es más difícil que llegue la ayuda de grupos grandes, y las más perjudicadas», explica Francisco José Caparroso, ya en Logroño «El terremoto no ha sido como el de Turquía, que afectó a zonas muy pobladas, aquí Marrakech y Casablanca no tenían daños, el epicentro fue en un pueblo perdido de la mano de Dios y una sola carretera de acceso», apunta Caparroso.

La principal labor de su grupo fue la atención médica y sanitaria de la población, incluso con donaciones de material. «Atendimos a varias personas con ataques de ansiedad y pánico. Hicimos una labor de la que estoy muy satisfecho», afirma. «Han sido muchas horas de desplazamiento. Dos españoles que organizan rutas turísticas en todoterreno nos llevaron a diario por todas partes», describe Caparroso, quien también cuenta que han trabajado con fuertes réplicas que complicaban los viajes y accesos, pues provocaban desprendimientos que cortaban carreteras. «En las aldeas más lejanas el recibimiento era como si fueras la salvación. Acudíamos para que pudieran cerrar un capítulo y poder continuar con la vida. Los equipos ligeros tenemos esa capacidad de movilidad y es satisfactorio», explica Caparroso

Y es que, como en Turquía, su labor con Argui fue, sobre todo, 'limpiar' edificios, es decir, descartar que hay vida en ellos para poder proceder a desescombrar. «No había posibilidad de rescatar con vida, al magen de que no depende de nosotos. Las construcciones eran de adobe y, al hundirse, no permiten que se formen huecos de vida, se cae entero y no da capacidad de respirar, es como un deslizamiento de tierra», describe Caparroso.

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