Que cada colegio haga lo que quiera
Echar balones fuera es una política educativa fácil, pero irresponsable
Jueves Pleno
Que cada colegio haga lo que quiera
Me gusta la idea de que cada colegio, o cada instituto, tenga un algo de autonomía. No todos han de ser iguales, y esa oferta enriquece después la elección de los padres, cosa de la que también soy firmemente creyente.
Que esa autonomía tiene sus problemas y sus límites es evidente. Y que en esa autonomía también se escudan a veces algunas autoridades educativas para ... quitarse de encima marrones que no quieren tocar ni con un palo de tres metros, pues también es evidente. Miren La Rioja, por ejemplo.
Un par de debates recientes. Uno, la cosa de los teléfonos móviles. Es un problema importante, porque su uso o desuso en los centros educativos (y en realidad, por los jóvenes en general, en todo momento y lugar) es uno de esos temas con implicaciones enormes y consecuencias que sólo ahora estamos empezando a ver, en algunos casos con cierto espanto.
Sin embargo, los máximos responsables de la educación en La Rioja siguen dejando ese tema al albur de cada centro. O sea, cargan en los ya tremendamente sobrecargados equipos directivos (el porqué los colegios no tienen un servicio administrativo propio que les alivie del brutal papeleo es otra cuestión) la decisión de qué hacer, cómo hacerlo, qué sancionar, en qué casos y por cuánto.
Si esa es una tarea que exige un calado casi filosófico, qué vamos a decir además del asunto del velo. Ojo, porque aquí además pisamos el terreno de los derechos fundamentales. No valen excusas baratas: no, no se puede prohibir el velo como quien prohibe una gorra, porque son cosas totalmente distintas. Por eso mismo, no debe haber centros que sí y centros que no, y alumnos que deambulen de uno a otro en función de eso.
Sí, entiendo que el Gobierno de La Rioja no quiera meterse en un jardín. Pero es que este jardín es sólo suyo.
Jueves Pleno
Me parece muy bien
Perdónenme que siga con Educación, aunque esta vez cambie de tercio. A los escribidores no nos pagan por opinar siempre en contra de las cosas, por mucho que eso parezca. Será que, en fin, nos da como un poco de vergüenza terminar una columna sin haber puesto a parir a nadie y que luego nos llamen pelotas.
Pero a lo que iba: escucho a Capellán anunciando en el Gobierno que desde este año también será gratis la matrícula de segundo curso en la UR, y que esa gratuidad irá subiendo hasta alcanzar a todos los cursos, y me parece muy bien. Es un objetivo sano y hermoso para un estado como el nuestro que toda la educación, desde cero años hasta la superior, acabe siendo gratuita, al menos en lo que a matrículas se refiere, y que facilite así el acceso a todo el mundo.
Me parece aún mejor que sea un gobierno de derechas el que lo haga: cosas así deberían estar fuera de las ideologías en pack y las siglas que marcan rebaños.
VIernes Bajas
Una sociedad de baja
Leo a Iñaki García, que nos cuenta que las bajas laborables por salud mental se han ¡duplicado! en cinco años en La Rioja. Si eso no es una epidemia, que baje Dios y lo vea. Algo está funcionando regular en esta segunda década del siglo XXI que nos hace ver el mundo, nuestro trabajo, nuestro presente y nuestro futuro con unas gafas de color más que oscuro.
Una aportación humilde: el hecho de vivir en un ecosistema digital que fomenta ante todo y sobre todo el cabreo y el pesimismo no ayuda, precisamente. Da dinero, eso sí. A algunos.
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