Las organizaciones agrarias abogan por cambios en la gestión hídrica

La mayor contundencia llega desde UPA La Rioja. «Es muy preocupante la situación del González Lacasa, al 18% y bajando, y las perspectivas de lluvia a corto plazo no son significativas. Partíamos en mayo con una situación muy favorable porque los principales pantanos estaban al 100% o casi y durante todo el verano se ha estado desembalsando agua por encima de lo que es el caudal ecológico y las necesidades del conjunto de la población, agua de boca y regadío, por el interés de las industrias hidroeléctricas», advierte el secretario de Organización del sindicato, Néstor Alcolea.

«Hay que ser conscientes de que cada vez va a ser más frecuente esta inestabilidad en las lluvias y tenemos ya que empezar a cambiar el chip y aprender a almacenar el agua y no tirarla durante los veranos con caudales por encima de los 5 metros cúbicos por segundo que nos llevan a estas situaciones. Hay que ser conservador cuando tienes el agua, cuando ya no hay...», añade Alcolea, quien alerta de que «todavía no ha habido restricciones, pero si no revierte esta situación igual hay que implantarlas. La situación en el campo es especialmente preocupante, porque la tierra está muy necesitada de agua y si no caen 80 o 100 litros no se va a notar».

Desde ASAJA, su presidente, Eduardo Pérez Hoces, recuerda que «la situación que tenemos desgraciadamente, no en estas fechas sino desde hace meses, es preocupante y se ha visto en la merma de las cosechas, que ha rondado el 40%, exceptuando igual la viña por las lluvias de agosto. Pese a la sequía, muchos agricultores no han podido regar, no por la falta de agua, sino por los altos costes».

Por ello también aboga por «tener un mayor control del agua que se suelta y poder tenerla almacenada. El oro es el agua, quien tenga agua tiene vida, y por eso hay que invertir en nuevos regadíos y embalses».

En el mismo sentido, Óscar Salazar, recién reelegido presidente de UAGR, coincide en que «la situación es muy preocupante, porque la extrema sequía que padecemos está empezando a dar también con la reserva del agua embalsada que teníamos. Ahora se debería estar haciendo la sementera de los cereales pero en muchos sitios no se puede porque la tierra está imposible y en el resto de cultivos ya se está empezando a notar. Estamos en meses de lluvia y no llueve y es lo que nos faltaba en el campo con el panorama que tenemos por el resto de problemas».

Respecto a la gestión hídrica considera que «no es momento de decir lo que se ha hecho mal, sino de plantearnos lo que sí hay que hacer bien y que hay que hacer cambios en el modelo de gestión del agua es evidente porque el cambio climático no tiene marcha atrás, ha venido para quedarse, por desgracia».