El periodista Luis Alfonso Gámez durante una entrevista en Bilbao. Jordi Alemany

Luis Alfonso Gámez

Periodista y divulgador científico
«Los médiums solo se aprovechan del dolor de quienes buscan consuelo»

Gámez visita este sábado la Sala Negra de Logroño para impartir la charla 'Extraterrestres de película. Tres obras maestras del cine y el mito ovni'

Juan Marín del Río

Sábado, 4 de octubre 2025, 08:58

Luis Alfonso Gámez (Bilbao, 1963) es un periodista especializado en pensamiento crítico, pseudociencias y misterios contemporáneos. Redactor de El Correo durante décadas, colabora en medios ... y conferencias desmontando mitos, supersticiones y bulos. Lleva más de diez años escribiendo para el Círculo Escéptico y es responsable del blog Magonia, referencia en la divulgación escéptica en castellano. Este sábado, visita Logroño, a las 19.30 horas, para impartir la charla 'Extraterrestres de película. Tres obras maestras del cine y el mito ovni», en la Sala Negra.

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– ¿Después de tantos años estudiando lo extraordinario, si pudiera desmontar de una vez por todas un mito, pseudociencia o conspiración, ¿cuál sería?

– La comunicación con los muertos. Los médiums solo se aprovechan de la vulnerabilidad de quien ha perdido a un ser querido y buscan consuelo. Yo mismo, grabando un programa, pedí a un médium que me pusiera en contacto con mi padre fallecido. Rehusó. Me dijo: «No estoy para espectáculos». Le respondí: «Tampoco yo, solo quiero hablar con mi padre». Naturalmente, no pudo. Lo mismo que una vidente que quiso leerme las cartas y preguntó de qué signo era. Le contesté: «Tú eres la vidente, deberías saberlo». Ahí acabó definitivamente la magia.

– Usted ha investigado ovnis, espiritismo o la Atlántida. ¿Qué tienen en común esos relatos que siguen atrapando a tanta gente?

– La mayoría son mitologías modernas, surgidas en los siglos XIX y XX, que nos ofrecen trascendencia: la promesa de vida después de la muerte, poderes ocultos o visitas extraterrestres. En el fondo son historias fascinantes, y los humanos vivimos de esos relatos; siempre lo hemos hecho.

– El fenómeno ovni es uno de sus favoritos. ¿Qué explica que, pese a la ausencia de pruebas, siga vivo en el imaginario colectivo?

– Porque el universo es inmenso y parece lógico pensar que no estamos solos. La ufología se nutre de ese deseo de creer. La ciencia ficción y el miedo a lo desconocido han alimentado el mito, pero la mejor prueba de que no nos visitan es que los supuestos extraterrestres siempre se parecen demasiado a nosotros.

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– ¿Se puede asegurar que el Apolo 11 pisó superficie lunar?

– Sin duda. Tenemos 380 kilos de rocas lunares, espejos colocados en la superficie, fotografías actuales de los restos y, sobre todo, la prueba política: si hubiera sido un fraude, los soviéticos lo habrían denunciado.

– En su obra 'El peligro de creer' alerta sobre pseudoterapias. ¿Cuál considera hoy más peligrosa para la salud pública?

– Todas lo son, incluso la homeopatía. El riesgo está en abandonar tratamientos eficaces. Ahí está el caso de Steve Jobs, que confió en terapias 'naturales' y perdió un tiempo precioso para tratar su cáncer.

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– ¿Internet ha sido más un altavoz que un freno para las pseudociencias y supersticiones?

– Ambas cosas. Antes se difundía en kioscos, radio o televisión; hoy internet multiplica la velocidad. El problema es que no nos han educado para pensar de forma crítica y debemos exigir siempre pruebas.

– Lleva una década escribiendo la columna ¡Paparruchas! para el Comité para la Investigación Escéptica. ¿Cómo ha evolucionado la naturaleza de los bulos?

– Ahora se propagan más rápido y con ayuda de la inteligencia artificial. Lo grave es que incluso políticos difunden falsedades, por ejemplo sobre inmigración o vacunas.

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– Hoy proliferan conspiraciones sobre vacunas, cambio climático o inteligencia artificial. ¿Cuál le parece más dañina en términos sociales?

– Las que afectan a la salud: negar la eficacia de vacunas, quimioterapia o medicamentos básicos. Generan miedo y desconfianza y, además de no hacer nada positivo, pueden costar vidas.

– ¿Qué mecanismos psicológicos hacen que una mentira o una conspiración sean más atractivas que la verdad?

– Las conspiranoias prosperan porque refuerzan prejuicios y sirven a intereses políticos. Alimentan el miedo, justifican mentiras y distraen de fallos reales, mientras los medios dependen de la publicidad institucional.

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– Usted aboga por el pensamiento crítico. ¿Qué pasos básicos recomendaría al ciudadano para no caer en las noticias falsas?

– Ver la fuente, comprobar la fecha, considerar el sesgo, leer más allá del titular, contrastar en varios medios y, sobre todo, consultar a expertos. En la redacción de El Correo tenía un folio pegado con estos consejos y las visitas creían que estaba loco, pero aunque suene triste, es necesario.

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