«Llevo quince años recogiendo datos del tiempo a diario y no me pesa»

– ¿Por qué ha recibido este reconocimiento?

– Por ser colaboradora en la delegación de La Rioja de la Agencia Estatal de Meteorología. Cada año dan tres premios nacionales. Es un reconocimiento a ese trabajo silencioso que realizamos y este año lo recibimos colaboradores de Cantabria, Castilla y León y La Rioja en mi caso.

– ¿En qué consiste el galardón?

– Es una garita en la que está reflejada la casita donde está el termohidrógrafo, la persona que lo recoge y el pluviómetro.

– ¿Dónde tuvo lugar la entrega?

– En la Casa de las Ciencias de Logroño, el 23 de marzo.

– ¿Había tenido antes otros homenajes por su trabajo?

– Como colaboradora de Aemet, en 2010 me entregaron un diploma por ser la más joven. El 23 de marzo de 2022 recibí otro y un corcho en el que se plasman las tarjetas de los datos que rellené desde 2008. Ahora son diferentes.

– ¿Cómo describe estos 15 años de colaboración?

– Lo bonito es que han pasado 15 años y no me han pesado. Empecé con 33 y ahora voy a cumplir 48.

– ¿Por qué comenzó esta labor como observadora de la Aemet?

– Primero, no me importa madrugar. La temperatura mínima no se alcanza a las doce del mediodía cuando el sol está en el punto álgido. Me gusta observar, hacer fotos y compartirlas en las redes sociales para que esos cornagueses que no están aquí puedan ver cómo está su pueblo.

– ¿Quién se ocupaba antes que usted de la la toma de datos en Cornago?

– Hubo un parón y hace veinte años, cuando estuve de concejala, reanudé este servicio. Se encargaba Baltasar Ovejas, justo en la legislatura de 2003-2007. Cuando terminó ese último año, me dijo que le relevase y así ocurrió.

– ¿Cómo es el día a día?

– Todos los días del año salgo a las 07.00 o 07.30 horas para medir la temperatura máxima y la mínima. También la humedad. La base militar nos llama cada día a los veinticinco colaboradores que estamos en La Rioja y le damos esa información.

– ¿Y la pluviometría?

– Lamentablemente se nota que en los últimos años llueve y nieva cada vez menos. Hay fenómenos puntuales, pero escasos, como en 2015 o la borrasca Filomena en 2021. Recuerdo las nevadas cuando estaba en la escuela, algo que ha desaparecido.

– ¿Envía la información a otros organismos aparte del Ejército?

– Cada mes enviamos las cuatro o cinco bandas del termohidrógrafo en sobre prefranqueado y las temperaturas máxima y mínima del mes en otro sobre a Zaragoza, donde está la central.

– La estación está en un lugar especial ¿no?

– Sí, pasa desapercibida, pero está cerca del castillo medieval. Mucha gente todavía no sabe que estaba aquí, pero al salir en televisión me preguntan.

– ¿A qué se dedica?

– Compatibilizo la colaboración con Aemet con mi trabajo de limpieza en los edificios municipales y como guía turística. En las rutas aprovecho, además, para promocionar la garita que se puede ver desde la torre del castillo.

– Para finalizar, ¿qué supone para usted este homenaje?

– Estoy satisfecha porque con esto mucha gente, a nivel nacional, ha localizado dónde está Cornago. Agradezco que se nos reconozca esa labor callada. Sirve para analizar datos, comprobar que esta o aquella temporada resultó seca y comparar si pasado el tiempo se repite el ciclo de condiciones meteorológicas. Creo que se está produciendo un cambio y es a peor. Llueve menos y cada vez hay más incendios.