La Justicia riojana ordena silenciar las campanas de Matute tras la denuncia de una vecina
El Ayuntamiento recurrirá la decisión judicial y defiende que el sonido del campanario forma parte de la identidad del municipio
No es la primera vez que el sonido de las campanas o de sirenas –como ocurrió con la del edificio de Ibercaja en el Espolón ... logroñés– genera polémica, pero sí que es una de las pocas veces que su repiqueteo llega a la mesa de un juez. Este pasado verano, una sentencia obligaba a silenciar el tañido de la iglesia de San Ignacio de Ponferrada, que sonaba hasta 70 veces al día, y ahora el reloj campanario de la parroquia de San Román, en Matute, ha corrido la misma suerte.
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En este pequeño municipio del Alto Najerilla chocan desde hace años los intereses del Ayuntamiento, que defiende el peculiar tañido de las campanas de la torre de la parroquia como una seña de identidad del municipio, y el de una vecina, que quiere que se le reconozca su derecho al descanso.
La mujer en cuestión inició su batalla contra el repiqueteo nocturno en julio de 2022. Desde entonces, según el fallo judicial, ha denunciado en varias ocasiones el excesivo ruido que hay en el interior de su vivienda y ha solicitado que o bien cese el reloj del campanario en horario nocturno o que se limiten los decibelios. Se quejó ante la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, ante el Ayuntamiento de Matute, ante la Administración autonómica y finalmente ante el Defensor del Pueblo sin que en ningún caso reconocieran su situación.
El Consistorio deberá indemnizar con 3.000 euros a la mujer porque se ha vulnerado su derecho al descanso
En marzo de 2025, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Logroño dio la vuelta al caso y declaró que la «inactividad» municipal para controlar o corregir la contaminación acústica denunciada «constituye una clara lesión de los derechos invocados en los artículos 15 y 18 de la Constitución y quiebra los principios de buena administración». Razones por las que el juez condenó al Ayuntamiento a desactivar el funcionamiento nocturno del reloj-campanario desde las 22.00 a las 08.00 horas o subsidiariamente a que controlase las emisiones acústicas para que no superasen los límites legales. Si bien dio la razón a la vecina, no consideró que tuviera que ser indemnizada con los 3.000 euros que solicitaba por daño moral porque cuando trasladó su residencia a la localidad tenía conocimiento de la tradición campanera del reloj colocado en la torre episcopal.
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El Ayuntamiento de Matute recurrió ese primer fallo. Entre otras cuestiones, argumentaba que el tañido está permitido por el artículo 2 de la Ley del Ruido, y también porque consideraba que no estaba legitimado en este asunto puesto que el campanario es de titularidad eclesiástica. Ahora la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja (TSJR) entiende que ninguna de estas dos razones pueden ser acogidas. Respecto a la falta de legitimación asegura que ha quedado acreditado que la gestión del reloj-campanario corresponde al Ayuntamiento, una conclusión a la que se puede llegar, añade la sentencia, «con una somera lectura del expediente administrativo»;y sobre la Ley del Ruido asegura que el sonido del reloj no queda incluido en el artículo 2 de la norma porque ni es una actividad doméstica ni un comportamiento de los vecinos. Por todo ello, no sólo vuelve a dar la razón a la vecina que denunciaba estrés acústico, sino que además considera que la mujer tiene derecho a percibir los 3.000 euros que solicitaba «porque se han vulnerado sus derechos fundamentales y esta lesión, que afecta al derecho al descanso, constituye un perjuicio moral que ha de indemnizarse». La magistrada también tiene en cuenta la el lapso de tiempo transcurrido desde que comenzó a denunciar la situación y la persistencia de esta convecina en intentar revertir una situación que lesionaba sus derechos fundamentales.
Desde el Ayuntamiento, su alcalde, Jacinto Clemente, asegura que recurrirán este nuevo fallo judicial para defender un tañido que se oye en el pueblo desde «tiempo inmemorial» y del que hasta ahora ningún vecino, ni siquiera los que viven en la misma plaza en la que se encuentra el campanario de la discordia, se había quejado. No obstante, el regidor ha dado la orden para que las campanas dejen de dar las horas por la noche.
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