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El incremento de la delincuencia juvenil en La Rioja se concentra en los delitos más graves

La Fiscalía completó durante el 2016 un total de 171 diligencias por delitos cometidos por menores de edad en La Rioja

Luis J. Ruiz

Logroño

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Jueves, 15 de febrero 2018, 21:51

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Cuatro asesinatos en poco más de un mes. Cuatro muertes con un elemento en común: los presuntos agresores, los presuntos asesinos, eran menores de edad. En el corazón de Bilbao, el 23 de diciembre, el exjugador de fútbol del Amorebieta, Ibon Urrengoetxea, moría tras resistirse a dos jóvenes de 13 y 16 años que le asaltaron; el 18 de enero, dos ancianos fueron asesinados en su domicilio del barrio bilbaíno de Otxarkoaga y cuatro días después eran detenidos dos adolescentes de 14 años; el pasado 5 de febrero, un joven de 19 años moría en su casa de Alicante tras recibir una puñalada en el corazón. El arma la empuñó su hermano, de 14 años. Cuatro casos de la crónica negra que han abierto el debate sobre el repunte, en número e intensidad, de la violencia juvenil.

La Rioja no está exenta de esa realidad. La última memoria del Ministerio Fiscal (publicada en septiembre del 2017 con datos del 2016) confirma que ese fue el ejercicio más intenso para la Fiscalía de Menores del último lustro: durante el 2016 intervino en 171 delitos cometidos por jóvenes de entre 14 y 17 años (por debajo de esa edad son inimputables y tan sólo cabría exigir responsabilidad civil a sus padres o tutores), lo que implica un crecimiento superior al 76%. Los datos del conjunto de España, sin ser los peores del lustro, sí que registraron un incremento durante el 2016 que asumieron los delitos de agresiones y abusos sexuales (476 y 795, respectivamente), violencia doméstica (543), lesiones (11.238), hurtos (8.922) y daños (3.265). En total las fiscalías territoriales instruyeron 53.926 causas contra menores.

En el caso de La Rioja, el repunte también se centra en alguno de los tipos delictivos más graves, si bien no se registraron muertes violentas (ni tentativas) a manos de adolescentes. Las agresiones y los abusos sexuales cometidos por menores habían sido, hasta el año 2016, una excepción. De hecho, el 2015 la Fiscalía de Menores no registró ningún delito de este tipo. Pero en el 2016 esa tendencia se rompió hasta alcanzar cotas nunca registradas en La Rioja: se realizaron 6 investigaciones vinculadas a agresiones sexuales y otras 4 por presuntos abusos. De manera paralela repuntaron los casos de robo con fuerza (16 durante el 2016) y con violencia e intimidación (12 actuaciones del fiscal de menores).

Los datos

14 menores cumplen algún tipo de internamiento en el centro Virgen de Valvanera de Logroño.

26 menores en libertad vigilada pasaron por programas de deshabituación de Proyecto Hombre en 2017.

En todo caso, y a diferencia de lo que sucede en el agregado nacional en donde los casos de lesiones son los más frecuentes (11.238), en La Rioja el principal delito es el de violencia doméstica, «menores denunciados por delitos de malos tratos en el ámbito familiar, en los que los progenitores solicitan la adopción de una medida de alejamiento», explica la memoria de la Fiscalía riojana. Esos datos (para el conjunto del país) los interpreta la Fiscalía General del Estado que esboza como causa «un modelo educativo parental fracasado, que no puede pretender resolverse exclusivamente mediante sanciones judiciales, sino a partir de la educación desde la más temprana infancia y de la prevención» al tiempo que apunta que en muchos casos «se objetivan también como factores desencadenantes el consumo abusivo de sustancias estupefacientes y trastornos graves de comportamiento».

La memoria fiscal también apunta que «no se ha observado [en La Rioja] la existencia de organizaciones ideológicas que se enfrentan entre sus componentes, con amenazas, insultos y agresiones mutuas entre sus integrantes», si bien alerta del «incremento en los delitos de robo o uso de vehículos a motor, en los que además de cometerse este delito, los menores cometen el delito contra la seguridad vial en modalidad de conducción sin haber obtenido nunca permiso que le habilite para ello».

En todo caso, esa actividad delictiva se tradujo, durante el 2016, en un descenso del número de sentencias dictadas contra menores. Fueron 104: en 7 casos el fallo fue absolutorio; en 97 hubo condena.

Esas sentencias se tradujeron en 19 internamientos, 59 libertades vigiladas y 28 prestaciones en beneficio de la comunidad. Junto al centro de menores Virgen de Valvanera, esas condenas también las cumplen en otras entidades como la Fundación Pioneros (43 prestaciones servicio en beneficio de la comunidad, 86 libertad vigilada en el 2017) y en Proyecto Hombre (26 menores en libertad vigilada con obligación de deshabituación a tóxicos durante el año pasado).

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