Del triunfo hospitalario en la sexta ola...
La Rioja presenta la mejor situación del país en el ámbito asistencial al reducir a mínimos las tasas de ocupación por COVID
Del miedo al tsunami a la calma chicha en menos de dos meses. La Rioja ha pasado en unas pocas semanas del temor a ... un nuevo colapso hospitalario a presentar la mejor situación nacional en el ámbito asistencial, con las tasas más bajas de ocupación por pacientes COVID en planta y una de las menores también en una UCI sometida en anteriores embestidas víricas a una presión agotadora.
En vísperas de las fiestas navideñas el horizonte se volvía a presentar teñido de negros nubarrones tras la violenta irrupción de la variante Ómicron. Las alarmas volvieron a encenderse con el doloroso recuerdo aún fresco de lo sucedido solo un año antes, cuando la tercera ola, aún sin la sólida red actual de protección vacunal, llevó al colapso al hospital y obligó a cerrar los quirófanos para ampliar las camas UCI y asumir la atención de los cuadros graves. A la espera de que la cobertura vacunal mitigase el golpe, el escenario a afrontar era inquietantemente similar: transmisión desbocada, comidas familiares, fiestas de fin de año, relajación...
En lo epidemiológico, la realidad superó los avisos más pesimistas y el maremoto de contagios fue tan inesperado como descomunal. El sistema de rastreo y de pruebas diagnósticas quebró y, pese a todo, la cifra de positivos detectados, solo una parte de la real, se disparó: casi 50.000 desde el pasado 1 de diciembre, diez mil más que los notificados en los 21 meses anteriores.
En mejora constante
La factura, aunque menor, no ha sido leve ni en letalidad –84 víctimas mortales frente a los 151 de la tercera– ni en lo asistencial, con casi 400 ingresados en planta y otro medio centenar en Intensivos. Pero la vacuna ha funcionado y también, otra vez, el plan de contingencia hospitalario, perfeccionado además con una nueva estrategia de recursos profesionales con la creación de 5 equipos multidisciplinares médicos y casi medio centenar de facultativos, que han logrado ahuyentar el colapso.
Hace apenas dos meses, el ámbito hospitalario riojano alcanzó el pico de la sexta ola, con 143 ingresados por COVID (14 de ellos en la UCI) el 10 de enero, lo que elevaba la tasa de ocupación hospitalaria por 100.000 habitantes al 44,70, diez puntos por encima de la media nacional (34,76) y una de las más altas de España, lo mismo que sucedía con el epígrafe de porcentaje de camas ocupadas, en el 19,78% frente al 13,40% del conjunto de las comunidades.
Ahuyentada la presión asistencial desde hace ya varias semanas, la situación hospitalaria regional mantiene su constante mejora y esta semana ha reforzado su envidiable radiografía, la mejor del país. La tasa de ocupación hospitalaria por 100.000 habitantes se ha desplomado hasta 5,00, cada vez más lejos de una media nacional que todavía refleja un 12,62 y a gran distancia de las comunidades que presentan todavía un peor diagnóstico –Canarias, 18,80; Asturias, 17,77; Cataluña, 17,26; o Baleares, 16,13– pero también de las regiones limítrofes Navarra, 14,82; Aragón, 13,99; Castilla y León, 12,99; y País Vasco, 10,22–, según el informe del Ministerio de Sanidad de este pasado jueves. También en porcentaje de camas ocupadas por pacientes COVID, La Rioja presenta el indicador más bajo de España, el 2,21% frente al 4,82 medio.
El servicio hospitalario más castigado durante la pandemia, la Unidad de Críticos del San Pedro, casi siempre a la cabeza nacional en ocupación, también ha ahuyentado los viejos fantasmas pasados y, pese a no haber logrado quedar limpia de atendidos por COVID desde agosto de 2020, ha esquivado la presión. Su tasa de ocupación, 0,94 por 100.000 habitantes frente al 1,88 estatal es la tercera más baja tras Valencia y Extremadura.
La Rioja se encamina hacia la salida de la zona de riesgo pandémico muy alto
En la senda de la esperanza. Otra vez. El impacto epidemiológico de la sexta ola remite de forma constante en La Rioja y la comunidad se encamina ya, con pasos más ralentizados esta semana, hacia la puerta de salida de la zona de riesgo pandémico muy alto, ubicada en 500 casos o más de incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes y más de 250 en el indicador semanal.
Salud notificó ayer al Ministerio 306 nuevos contagios detectados –89.603 globales– correspondientes a las dos últimas jornadas (la víspera la Consejería no pudo remitir, por problemas técnicos, sus datos al departamento que dirige Carolina Darias.
La actualización de ayer situó la incidencia acumulada a 14 días regional en 571,30 (-30,33) a las puertas de un descenso en la alerta en el que sí ha entrado ya el conjunto de la nación, 463,15 casos por 100.000. Aunque en los últimos días se ha ralentizado la desescalada, la bajada del indicador es intensa desde el pasado 17 de enero y solo en los 14 últimos días ha caído el 42,63 al restar casi 425 puntos desde la tasa de 995,95 que reflejaba el informe del 18 de febrero. La semanal, ayer sin apenas variación, se ubica en 256,10, más de medio centenar de puntos por encima del dato del país, 196,17.
Así, con todas las cautelas debido al colapso del sistema de pruebas diagnósticas a finales de diciembre y la nueva estrategia de priorizar el rastreo de los pacientes más vulnerables, la región parece volver a la senda de la tranquilidad.
Tampoco hubo especiales sobresaltos en el informe diario remitido por Salud, que ayer volvió a dejar en blanco la casilla más dramática, la de las víctimas mortales, después de que el día anterior notificará un fallecimiento, el primero en marzo, tras seis jornadas sin decesos. Desde que dio comienzo el año, la pandemia ha segado 58 vidas en la comunidad, 907 desde el inicio de la crisis sanitaria.
Con el descenso de la incidencia en las residencias frenado, la cifra de casos activos ayer ascendía a 55, cinco más que el jueves, aunque con un centro menos afectado, 6, el ámbito hospitalario mantiene sus estadísticas bajo control. El número de pacientes atendidos ayer por COVID era de 17, uno más que la víspera, 13 de ellos en planta y 4 en la Unidad de Críticos (+1).
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