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Pionero en la tecnología y en el patrocinio deportivo

Pionero en la tecnología y en el patrocinio deportivo

Eduardo Solar Empresario

Martes, 31 de marzo 2020, 07:51

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Fue la primera cara conocida que saltó desdichadamente a los medios de comunicación cuando falleció en el hospital San Pedro, víctima del coronavirus. Para quienes siguen más de cerca el tejido empresarial riojano, sobre todo en su vertiente tecnológica, un titán. Un visionario que supo entender, cuando la revolución digital en curso balbuceaba, las oportunidades que se abrían en el nuevo escenario. Primero al frente de Gispert, la empresa alumbrada en la calle Saturnino Ulargui, y luego como patrón de Emesa, firma surgida de aquel embrión inicial, Solar encarnaba en su fecunda trayectoria un modelo donde pueden identificarse otros empresarios. El propio de quien es capaz de levantar un gigante (un gigante en la escala riojana) desde casi la nada. Con una particularidad, como destacaban en la hora de su adiós quienes mejor lo conocieron: que fue también pionero en una práctica hoy muy extendida pero una rareza cuando él la puso en marcha. El patrocinio, la vertiente social de toda organización empresarial. Gispert fue la primera gran empresa que se animó a patrocinar al Club Deportivo Logroñés, esas siete legendarias letras impresionadas en la pechera de la no menos legendaria camiseta blanquirroja. Un modelo de entender la vida, un ejemplo de compromiso con su entorno que Solar llevó luego a Emesa, cuyas siglas han acompañado numerosas iniciativas (impulsadas muchas de ellas en colaboración con esta casa, donde su fallecimiento causó un sincero pesar) que comparten un denominador común: el carácter humanista que distingue a los empresarios de su estirpe. Empresarios con cabeza y corazón, que falló en medio de la consternación de sus seres queridos: «Te has ido sin poder decirte que te quiero, cogerte la mano y darte un beso», escribió su hijo Eduardo, en un emocionante adiós publicado en este periódico. Casado con Araceli, padre de dos hijos (el pequeño, Alberto, pilota con su hermano el negocio familiar), Solar recibió desde la eternidad donde reposa el mensaje último de su hijo: «Te extraño cada segundo».

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