La portada de 'Adiós mister Nixon', de Cirilo Rodriguez. L.R.

Para morirse un poco menos

Gacetilla de un tipo confinado (LX) ·

Estos días son tan parecidos que van amontonándose en el mismo orden confuso que tienen los libros de mi biblioteca

Viernes, 15 de mayo 2020, 08:11

Los días son tan parecidos que van amontonándose los unos con los otros en el mismo orden aleatorio y confuso que tienen los libros de ... mi biblioteca. Ayer, hurgando en la parte más alta, volvió a aparecer otra rareza de esas que distinguen un buen fondo de armario: 'Adiós mister Nixon', de Cirilo Rodríguez, un libro periodístico (mejor dicho, un gran reportaje en formato libro) con un sugerente subtítulo: 'Lo que usted no sabe del mayor escándalo político del siglo'.

Publicidad

Confieso que he sido incapaz de no caer dormido como un pangolín las incontables ocasiones en las que he intentado ver –visionar, que proclaman los horteras– la película 'Todos los hombres del presidente', por mucho que Robert Redford y Dustin Hoffman aparezcan como jóvenes idealistas (punto com) buscando la verdad y la justicia por encima de cualquier cosa. Dura más de dos horas y creo que nunca he superado los primeros treinta minutos en pleno uso de mis facultades.

Mejor un libro y en este caso el de un periodista español: Cirilo Rodríguez, corresponsal de RNE en Nueva York, que trazó en 1974 un impecable relato de los oscuros acontecimientos que propiciaron que el hombre más poderoso del mundo se viese obligado a dimitir por mentiroso y formar parte de una conspiración para obstruir la acción de la justicia.

«Guarda el hombre en lo más íntimo de su corazón el deseo de sentirse alguna vez en su vida protagonista»

Cirilo deja en el prólogo un mensaje fascinante para la profesión: «Los periodistas somos más humildes. Nos basta con ser testigos. Testigos del brillo de los protagonistas. En vez de 'yo hice', queremos contar a nuestros nietos un 'yo estaba allí'. Somos humildes, porque somos pobres de sueños. Nos conformamos con que el sueño ocurra. Y con estar». Jesús Hermida escribió que Cirilo era un monstruo de la radio tras fallecer de forma repentina el 21 de noviembre de 1980. Felipe Sahagún, gran amigo suyo, relata que conoció a «varias mujeres enamoradas locamente de Cirilo, que murió soltero, y me tocó lidiar con algunas situaciones delicadas cuando se olvidaba de haber quedado con dos en la misma tarde, normalmente de los viernes».

Publicidad

Cirilo tenía clara su pasión por el periodismo: «Guarda el hombre en lo más íntimo de su corazón el deseo, la esperanza o el orgullo de sentirse alguna vez en su vida protagonista. Para morir un poco menos».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad