José Andrés Pérez
Los problemas de vivienda, de precios, de quienes están sin papeles... «Con lo que tenemos, haremos todo lo posible», dice Pérez
El encarecimiento de la vivienda y su repercusión en los más vulnerables trae de cabeza a la entidad que José Andrés Pérez dirige desde ... hace dos años, aunque ejerce de delegado diocesano en la misma desde 2005. Buena parte de los recursos de Cáritas van a las ayudas directas para vivienda y a los programas de alojamiento y alquiler social.
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– Cáritas no va a quedarse sin trabajo, ¿no?
– Desgraciadamente no. Ha ido cambiando el tipo de personas con las que trabajamos y sus necesidades, pero estas como tal y el colectivo, un colectivo numeroso que existe de pobres y de vulnerables en La Rioja, no han disminuido. Lo más preocupante es que en estos años de desarrollo económico importante, eso es también innegable, el grupo de personas en situación de gran vulnerabilidad no ha bajado. Es un fracaso de la lucha contra la pobreza. Un fracaso de toda la sociedad.
«Atendemos a más de 300 familias alojadas en una habitación, algo que casi había desaparecido»
«Los precios han subido mucho. Decimos que nadie pasa hambre, pero ya no sé si es verdad»
«Si el 7% de La Rioja se encuentra en la pobreza severa, la cifra equivale a la población de Calahorra»
– Los datos macroeconómicos destacan, pero, a la vez, por ejemplo los vehículos de ocasión más vendidos superan los veinte años.
– España es un país con un nivel de desigualdad muy grande. Y es lo que no somos capaces de corregir. Somos un país globalmente desarrollado en el que la mayoría vive bien y donde también hay una bolsa importante de población que está en situación de vulnerabilidad y de extrema vulnerabilidad que no sale de ahí.
– Y más difícil que lo tiene porque el precio de la vivienda no para de subir.
– Sí. Es decir, en estos últimos años ha habido dos problemas que se han agravado tremendamente y que han incidido mucho en la situación de las familias más pobres. El de la vivienda es el mayor de todos. Por un lado, hay poca. Y después, es imposible acceder por las condiciones en las que esta se ofrece. Para los colectivos con los que nosotros trabajamos es prácticamente imposible aspirar a la compra de un piso. Estamos hablando de personas, de familias, con ingresos de 600 euros al mes. Tienen que recurrir al alquiler y se ha disparado el precio. Y después hay otra cosa. Ya no es un mes de fianza como era lo habitual, ahora suelen ser tres. Ya no es un contrato de trabajo. Ahora es uno indefinido con el que llevas varios años. Ya se da incluso el caso de que no se quiera alquilar a familias con niños porque, en caso de impagos y demás, es muy difícil desalojarles.
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– ¿A cuántas personas ayuda Cáritas con su alojamiento?
– Los datos de este año no sé –la memoria de 2024 habla de 160.839 euros en ayudas directas, pero además desarrollan un programa de vivienda con al menos 21 suyas–. Lo que sí sé es que ha resucitado un fenómeno que prácticamente había desaparecido, el alquiler de habitaciones no ya para personas solas, que eso nunca desapareció del todo, sino para familias enteras. El año pasado y este están siendo iguales, atendimos a más de 300 familias en esta situación. Que atendiéramos nosotros no quiere decir que no haya más. Y ya estamos en unos precios de habitaciones que difícilmente son inferiores a 400 euros al mes. Cuando una familia tiene que convivir entera en una habitación, ahí se plantean ya problemas de todo tipo. La vivienda para nosotros es un problema tremendo. Está afectando a muchos jóvenes y de manera muy especial a los inmigrantes en situación administrativa irregular.
«Somos solidarios puntualmente y además sin que nos cueste demasiado»
«Hay que repetirlo. La falta de papeles aboca a la gente a situaciones muy complicadas»
– El otro problema que se ha agravado es...
– Los precios de los alimentos han subido mucho. Y siguen subiendo. Estos colectivos, los más vulnerables, están ya tan justitos que si sube les desborda. Es un factor que está contribuyendo a que haya muchas familias que lo estén pasando mal. Tienen más dificultad para acceder a una alimentación medianamente suficiente y y digna. Decimos: «Nadie pasa hambre». Pero no sé si es verdad o no.
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La educación
– El año pasado la entidad se ocupó de cerca de 2.000 niños ¿En qué condiciones habrán empezado el cole estos días?
– La enseñanza es gratuita. En muchos casos los libros también. No hay niños en La Rioja que se queden sin escolarizar. ¿Cuál es el problema principal sobre todo de las familias de extranjeros en situación irregular? Que no tienen acceso a algunas ayudas elementales. Por ejemplo, las de comedor. En algún caso se pueden obtener; en otros, en la mayoría, no. ¿Por qué? Al no estar en situación administrativa regular, sí tienen derecho a la enseñanza pero no a lo demás. Con alguna salvedad. El Ayuntamiento de Logroño nos permite a Cruz Roja y Cáritas dar ayudas de emergencia a familias en situación irregular. Por lo que respecta al material escolar, estas semanas, en las acogidas parroquiales, recibiremos muchas peticiones de ayuda. Y luego cuando vive toda la familia en una habitación... para estudiar, para todo, no tienen la misma igualdad de oportunidades. Se van creando en estos niños déficits que luego son difíciles de superar. Cuando decimos que la pobreza se hereda, me refiero a estas cosas.
– El ascensor que suponía la educación...
– Ese es el problema. Antes había una situación de mucha mayor igualdad, quizá dentro de la pobreza. Ahora hay un grupo mayoritario en la sociedad que está bien y hay un grupo más pequeño pero importante... En la Rioja calculamos que hay un 7% de la población en situación de pobreza severa, que es la que no logramos que baje nada. La menos severa, más relativa, son personas que están en riesgo, y según la circunstancia global, bajan o suben. Subió con la pandemia o con la crisis del 2008. Bajó cuando la crisis fue remitiendo. Pero el bloque de la pobreza severa son veintitantas mil personas, como la población de Calahorra si los pusiéramos todos juntos. Ante el incremento de posibilidades de los demás, se encuentran cada vez más hundidos. Ahí es muy difícil. Si tú estudias, tienes unas notas y tal, pues tienes una beca para la universidad. Pero si tú arrastras estos déficits que decíamos y las familias también lo hacen y los transmiten... ¿Cómo lo superas?
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– ¿Cómo va lo de la solidaridad? ¿Somos solidarios?
– Hemos cambiado mucho el paradigma de la solidaridad. Como todo en la sociedad moderna, todo es puntual y todo es líquido. No hay una actitud vital de solidaridad. Hay momentos puntuales en los que nos sentimos solidarios. Un terremoto, una desgracia... Ahí la sociedad se moviliza, pero no es algo que esté enraizado profundamente por mucho que lo repitamos. En cuanto un asunto desaparece de los medios de comunicación, ya nadie se preocupa pese a que lo que ha ocurrido siga teniendo efectos tremendos. Somos solidarios puntualmente y además sin que nos cueste demasiado. Pero en Cáritas lo hemos aprendido muy bien y ya por ejemplo, aunque en catástrofes podamos acudir en un primer momento, lo hacemos con mucha más reserva y vamos precisamente modulando para ese después.
– Trabajo no les falta, pero ¿y los medios? La última memoria les daba algún número rojo.
– Lo hacemos conteniendo todo lo que podemos los gastos de funcionamiento. Aunque Cáritas es una organización fundamentalmente de voluntariado, también son necesarios trabajadores y técnicos para determinados programas. En La Rioja tenemos unos 600 voluntarios y 15 trabajadores, no todos a jornada completa. Damos mucha importancia a ser una organización no autosuficiente completamente, pero sí que vaya obteniendo recursos propios al menos en cantidad suficiente para que no nos condicione nuestro trabajo y nos dé independencia. Con lo que tenemos haremos todo lo posible, pero no podemos solucionar todas las situaciones de pobreza de la sociedad. El año pasado recibimos un 27% de ayudas de la administración. El resto son fondos propios que vienen de nuestros socios, donantes, colectas de las parroquias y comunidades cristianas. Es muy importante para nosotros también el tema de las herencias, que es lo que nos permite ir cubriendo los déficits y haciendo un poco de reserva, porque no hay que pensar en un año, sino en el medio plazo.
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Los inmigrantes
– ¿Cómo ha ido cambiando el perfil? ¿Quién es vulnerable?
– Antes, la situación era de más pobreza general y estos perfiles eran de minorías étnicas o de migrantes interiores que acababan en el chabolismo. También ocurrió en Logroño, por ejemplo en el barrio de La Estrella. Ahora una buena parte de las personas que atendemos, un porcentaje muy alto son inmigrantes, sobre todo en situación irregular. Hay que repetirlo. La falta de papeles aboca a la gente a una situación muy complicada porque no pueden trabajar cuando además hay trabajo. Necesitamos a esos trabajadores, que no nos engañen, ¿eh? Si no fuera por ellos nuestra sociedad sería absolutamente inviable. Que la emigración tiene que ser regulada y ordenada, en eso estamos de acuerdo todos, los propios inmigrantes también. ¿Cuál es el problema? Que en Europa, los gobiernos, y el español también, nunca han sido capaces de hacer eso.
– Están llegando los temporeros, cada vez menos, eso sí.
– Estamos en una situación que, si no es de pleno empleo, se le acerca bastante. Hay muchas menos personas buscando trabajo. Que puedan trabajar legalmente.
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– La campaña ya está aquí.
– Nosotros seguimos ofreciendo información, asesoramiento y acompañamiento cuando nos lo piden, pero ya hace tiempo que nos retiramos de la del Ayuntamiento de Logroño. Estos últimos años se ha dado el caso en Logroño de que la mayoría de las personas que se atendían en el dispositivo de acogida eran trabajadores. Y entonces ahí quien tiene que intervenir son los servicios de empleo, no los servicios sociales. Al final tanto empleadores como empleados, si tienen un recurso público gratuito de alojamiento y mantenimiento, recurren a él. Pero las cosas cambian. Cáritas fue pionera en La Rioja en la atención a temporeros pero nuestra filosofía es también ir retirándonos de las áreas que van cubriendo otros para ir a las que no se atienden.
– Y ahora es la vivienda.
– Cáritas, en su momento, construyó muchos pisos sencillos en La Estrella, pero luego, cuando yo llegué, no había un programa de alojamientos como tal porque en ese momento no era una gran necesidad. Y ahora sí. Tuvimos que ponerlo en marcha y ahora tenemos un programa de alojamientos de temporales. Cuando digo temporales, la media de estancia es de más de dos años, pero además con un acompañamiento y una intervención social para que las personas vayan saliendo. Hemos visto que para que salgan de este tipo de alojamiento hay que ofrecer alquiler social, que no supere el 30% de los ingresos de la familia, que es lo que no encontramos fuera por ninguna parte. Ahora ya estamos completando este programa de alojamientos temporales con otro de alquiler social. Ya ocupamos dos viviendas que nos ha cedido el Obispado, pisos en pueblos, casas parroquiales... Nos van a ceder más, un piso nuestro que hemos recibido de herencia o donación y alguno que nos ha cedido también la administración. Eso nos responde a una necesidad que es de ahora y que es lo que más recursos nos está consumiendo. Más allá de las ayudas directas que damos.
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