Luis Hita | Propietario de CBDWeed
«No tenemos nada que ocultar. No entendemos el estigma»Los derivados del cáñamo van de la cosmética a la alimentación pasando por bebidas o productos para animales domésticos
Hace tres años y medio, Luis Hita abrió su tienda especializada en productos CBD. Eligió el centro de Logroño, avenida de Portugal, con un amplio ... escaparate abierto a la calle. «No tenemos nada que ocultar. No entendemos el estigma del CBD y luchar contra este estigma era uno de nuestros objetivos. No se trata de productos asociados a la marginalidad, es más, nuestra clientela podemos decir que es de nivel medio-alto porque los precios son caros», analiza.
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En sus estanterías se distingue una zona para productos de alimentación (pasta, cerveza, chocolate, licores…), otra para cosmética, otra dedicada a aceites («era nuestra gran apuesta», dice) y otra a cogollos («es lo que más vendemos», sintetiza) y otros objetos, incluidos los destinados a los animales domésticos.
¿Qué busca el público en la tienda? Hita explica que un poco de todo. Muchos llegan «con dolores crónicos o problemas para dormir» que no han aliviado los fármacos convencionales. «Prueban y muchos vuelven diciéndome que han mejorado. Eso me da más alegría que vender», sonríe. «Pero hay algunos a los que no les funciona tan bien», añade. Y unos cuantos tratan de encontrar un sustituto a la marihuana. «Son personas que han fumado y que ya tienen una edad, una familia o que necesitan el coche para trabajar, por ejemplo, y que no pueden arriesgarse a una sanción», incide. En ese sentido, los cogollos de CBD son una especie de placebo porque mantienen el rito de la marihuana (liar el cigarro, encenderlo, olerlo…), y les ayuda, según Hita, a relajarse y dormir. Además, al menos con sus productos pertenecientes a una franquicia italiana «con unos rígidos controles desde la producción», no dan positivo en los controles ya que cuentan con menos de ese 0,2% de THC.
Mientras Hita explica los entresijos de un sector que «vende con todas las restricciones y limitaciones legales», a su comercio entra un joven australiano pidiendo THC. «En España está prohibido, solo CBD», le dice. «Pero tengo una receta médica de Australia», le replica. «Aquí no es legal», tercia con una sonrisa, poniendo en evidencia las diferencias de legislación internacional existentes.
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«Aquí han venido personas con recomendaciones escritas por sus médicos para que probasen con CBD en el caso de dolores o insomnios. Hay algunos sanitarios a favor, mientras que otros sostienen que aún no hay evidencias suficientes», analiza sobre sus beneficios medicinales. Una controversia con muchas aristas: «Creo que se está realizando un debate político, con personas o muy favorables o muy detractoras, y debería ser más técnico».
Miguel Díaz de Greñu: «Hay un público fiel y también curiosos»
Dos años después de su instalación, Miguel Díaz de Greñu, responsable del café-bar Parlamento, reconoce que su máquina expendedora de productos con CBD tiene «un público fiel y también muchos curiosos». Y recuerda anécdotas como la de «una madre de 80 años y su hija de 60 comprando juntas». Antes de instalar un expendedor que cuenta con numerosos derivados del cáñamo, Díaz de Greñu preguntó a responsables policiales los detalles y, desde entonces, no ha tenido ningún problema y la llamativa máquina ya es una parte más del bar.
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