Capellán apuesta por lo conocido

Aunque Capellán ha optado por no contar con un vicepresidente, el número dos de su Gobierno corresponde sin duda a Alfonso Domínguez. Además de consejero de Hacienda, Gobernanza Pública y Sociedad Digital, cargo que, con una denominación ligeramente distinta, ya había ejercido con Ceniceros, Domínguez asume la portavocía del Ejecutivo.

Tampoco son sorprendentes los nombramientos de Noemí Manzanos como consejera de Agricultura y de José Luis Pérez Pastor como responsable de Cultura. La primera, ingeniera técnica agrícola de profesión y trabajadora de Asaja, ha sido la portavoz del PP en materia agropecuaria durante toda la legislatura. El segundo, que mantiene una excelente relación con Capellán, con quien comparte vocación humanista y profesión docente, ya fue director general de Cultura cuando el hoy presidente era el consejero del ramo.

Puede llamar más la atención la presencia de Daniel Osés, alcalde de Nalda y uno de los primeros bretonistas. Osés, tras posicionarse al principio en favor de un congreso asambleario para resolver la sucesión de Ceniceros, acabó asumiendo el mandato de Génova y aceptando la designación de Capellán como candidato. Ahora es diputado en el Parlamento y consejero de Política Local, Infraestructuras y Lucha contra la Despoblación.

En el Gobierno se sentarán seis diputados, aunque Gonzalo Capellán no ha revelado si dejarán su escaño. Indicó que en principio eran «puestos compatibles», aunque puntualizó que ahora analizarán si es conveniente o no que se dediquen por completo a su tarea en el Ejecutivo. Dos de ellos son, además, alcaldes: Daniel Osés (Nalda) y Noemí Manzanos (Rodezno). La Ley del Gobierno de La Rioja indica que los consejeros deben tener «dedicación exclusiva», aunque establece con toda claridad algunas excepciones, entre ellas la de que puedan ser diputados en el Parlamento regional o senadores. Sin embargo, nada dice de la posibilidad de que asimismo sostengan la vara de mando en un municipio, aunque sí ha habido directores generales en anteriores Ejecutivos que han compatibilizado el cargo con una Alcaldía. En cualquier caso, Capellán ha dejado claro que él ha pensado en los candidatos idóneos para formar parte del Ejecutivo y que las demás cuestiones se estudiarán en un momento posterior.

En ese momento posterior se revisarán también todos los organismos que integran la llamada «administración paralela», entre ellos la delegación de la Presidencia para la gestión de los fondos europeos. «Serán sometidos a análisis para tener un conocimiento exacto de la situación», ha señalado el nuevo presidente.

La mayor novedad con respecto al organigrama de Andreu, al menos sobre el papel, es la desaparición de la Consejería de Igualdad, Participación y Agenda 2030, cuya responsable fue Raquel Romero. «Aquella Consejería nació no de la funcionalidad, sino de la necesidad de ofrecer cargos fruto de un pacto de gobierno», advirtió Capellán. El presidente ha insistido en que la Igualdad será un principio rector de su Gobierno, aunque sus competencias estarán incluidas en la Consejería de Salud y Políticas Sociales, que estará dirigida por María Martín.

Del mismo modo, la Consejería de Educación asumirá las competencias de Empleo bajo el mando de Alberto Galiana. «Empleo ya estuvo en Educación; hay por lo tanto una experiencia previa -apuntó Capellán-. Yo nunca he entendido la subvidisión un tanto ficticia entre la Formación Profesional y la Formación Profesional para el Empleo. Toda la Formación Profesional debe estar relacionada con la empleabilidad. Esta unión es positiva para la coordinación interna de las políticas. Otra cuestión serían las Relaciones Laborales, que sí estarán dentro de la Consejería de Economía».