Alta política en 'Las autonosuyas'. Al ladito, Sánchez García. EFE
CRÓNICAS VENENOSAS

Vox y las autonosuyas

«El centralismo produce apoplejía en el centro y parálisis en las extremidades», Robert de Lammenais

Pío García

Logroño

Domingo, 16 de mayo 2021, 02:00

Quizá no recuerden ustedes a Fernando Vizcaíno Casas. Murió hace casi veinte años y su obra ha quedado olvidada por completo, pero durante la transición ... tuvo un éxito fulgurante. Era un abogado laboralista con bigotillo, nostálgico del franquismo, que en lugar de dar la brasa con ensayos lacrimógenos sobre el ocaso de la civilización nacionalcatólica prefería tomarse a guasa a los nuevos redentores de la patria. A mi abuela, que siempre fue muy de Fraga, le gustaba Vizcaíno Casas y se quedó muy satisfecha el día en que me vio coger una novelita suya, leérmela y hasta soltar alguna carcajada. Pensaría que por fin, tras mis devaneos adolescentes, había visto la luz y encontrado el camino de la verdad. Me recordó a mi otra abuela, que un domingo me pilló regresando de fiesta a las ocho y pico de la mañana, medio tambaleándome por el pasillo, y me preguntó con total seriedad:

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– ¿De dónde vienes? ¿De misa?

Le dije que sí, naturalmente.

Pero estábamos hablando de Fernando Vizcaíno Casas. Aquel librito suyo que leí durante la transición se titulaba 'Las autonosuyas'. Fue publicado en el año 1981 y vendió la friolera de 80.000 ejemplares en quince días. Luego hicieron una película, dirigida por Rafael Gil y protagonizada por Alfredo Landa, María Casanova y Antonio Garisa. Puro arte y ensayo. Alfredo Landa hace de alcalde de un pueblecito, Rebollar de la Mata, al que se le ocurre constituirse en ente preautonómico, para lo cual decide fomentar el idioma local, el «farfullo». La idea levanta gran entusiasmo entre los alcaldes vecinos, que encuentran así la posibilidad de convertirse en consejeros y disponer de secretarias, coches oficiales y sueldos generosos. Incluso llegan a recibir con gran aparato al embajador vasco.

Esta fue, con algunos retoques, la misma película que nos contó el pasado martes desde la tribuna del Congreso el diputado de Vox José María Sánchez García, encargado por su grupo parlamentario de votar 'no' a la reforma del Estatuto de La Rioja. Hay en realidad mucho de Vizcaíno Casas en este hombre de Vox, otro abogado impoluto que habla con retranca y en cuyas palabras se advierte una nostalgia acuciante por un pasado pretendidamente ordenado, coherente e incluso barato. El discurso de Vox contra las autonomías tiene cada vez mayor predicamento porque en el fondo está sacado de una novela de Vizcaíno Casas: exagera hasta la caricatura los fallos del sistema (que existen) para fabricar laboriosamente una injusta impugnación general del sistema autonómico.

La presidenta Andreu consideró que era un discurso antidemocrático, pero tampoco hay que exagerar. Tan democrático puede ser un sistema centralista (Francia, Portugal) como uno descentralizado (Alemania, Canadá). Ni la abolición de las autonomías ni la partición en cachitos del estado son pretensiones contrarias a la democracia, siempre y cuando se defiendan por medios constitucionales y sean respetuosas con la voluntad popular. Otra cosa es que ambas ideas sean descabelladas y nos conduzcan directamente a la posguerra o a la Alta Edad Media, según el caso.

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Dijo el nuevo Vizcaíno Casas de Vox que el sistema fue creado en el 78 para tratar de apaciguar los ánimos nacionalistas vascos y catalanes y que en eso había fallado. Tiene razón. Dijo también que se producían duplicidades ridículas y que se habían creado organismos vacuo/consultivos que cuestan un doblón. Tiene razón.

Pero tal vez convenga imaginar qué hubiera sido de La Rioja si hoy fuese la décima provincia castellana o dependiese directamente de Madrid. ¿Ustedes creen que tendríamos este hospital? ¿Ya no se acuerdan de cuando había que ir a operarse de cualquier cosilla a Zaragoza, a Madrid o a Valdecilla? ¿Tendríamos esta red educativa? ¿Y la Universidad? ¿Y estos juzgados? ¿Saben que nuestra Audiencia Provincial estaba antes en Burgos y hasta allá tenían que ir en peregrinación continua abogados y litigantes? ¿Pero de verdad creen ustedes que nos harían algún caso en los ministerios?

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En contra incluso de lo que pensaron los padres de la Constitución, el sistema autonómico ha sido especialmente provechoso para regiones como La Rioja, Cantabria o Aragón, irremediablemente periféricas y tenazmente olvidadas por el centralismo. Lo contrario solo se puede sostener, como hace Sánchez García, desde un despacho del Madrid profundo o desde la nostalgia por un pasado uniforme que condenaba a la irrelevancia a provincias como la nuestra.

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