Agoncillo no recupera las cifras prepandemia mientras los aeródromos vecinos se disparan
El aeropuerto riojano acumula 11.704 pasajeros de enero a septiembre, el 25% menos que hace cuatro años
Analizar la realidad del aeropuerto de Agoncillo es sumergirse en un terreno pantanoso que se hunde entre las necesidades de infraestructuras, las carencias logísticas, las ... oportunidades pérdidas y los costes. Evidentemente, el aeródromo nunca ha funcionado como un potente dinamizador turístico de La Rioja aunque sí que ha abierto la puerta a la salida y llegada de vuelos chárter puntuales, además de cubrir las necesidades (mínimas) de conexión con la capital.
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Pero Agoncillo no es una referencia. Y mucho menos si se compara con las instalaciones vecinas que, en los últimos años, se han convertido en la lanzadera de miles de riojanos y en el punto de aterrizaje de cientos de turistas que acaban recalando en La Rioja desde provincias limítrofes. Porque los datos de AENA no engañan y el aeropuerto riojano no ha remontado el vuelo desde antes de la pandemia.
La empresa que gestiona el transporte aéreo en España señala que desde enero a septiembre de este 2023, 11.704 pasajeros han aterrizado o despegado desde el municipio riojano. En comparación con 2019, cuando el coronavirus no era ni el argumento de una película de terror, se trata de un 25% menos de usuarios. Y hay que tener en cuenta que el presente curso, en comparación con el anterior, no ha sido malo ya que se han pasado de 8.231 viajeros a los ya citados 11.704.
Pero el análisis de Agoncillo está muy mediatizado por el entorno. Y el desarrollo de las infraestructuras aéreas vecinas a La Rioja no deja de crecer, dificultando más si cabe las posibilidades del aeropuerto riojano. Así, entre septiembre de 2019 y 2023, los pasajeros de Zaragoza han crecido un 48%, superando actualmente los 535.000. Los de Vitoria se han disparado un 83% y han alcanzado este año la cifra récord de 248.837 viajeros o los de San Sebastián han subido por encima del 50% y llegan a 366.000.
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El gran referente para muchos riojanos, como es Bilbao, no presenta una proyección tan espectacular, con apenas un 6% de aumento de usuarios, pero es que sus cifras anuales asustan: en nueve meses han pasado por 'La Paloma' más de 4,8 millones de personas (es el duodécimo aeropuerto más usado de España). Y en el Seve Ballesteros de Santander se acercan al millón de pasajeros, lo que representa un 8,9% más que antes de la aparición del covid-19.
El único aeródromo vecino al riojano que en la comparación prepandémica presenta cifras negativas es el de Pamplona, con un retroceso que roza el 20% de usuarios en estos cuatros años. Pero por cada viajero que ha pasado por Agoncillo desde enero a septiembre, 12 lo han hecho por el de Noáin.
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En lo que sí ha crecido el aeródromo riojano es en el número de operaciones, con un 34% más en el período de tiempo analizado, hasta superar las 1.500. Pero eso solo demuestra una vez más el uso casi recreativo de la instalación. Porque la ratio entre operaciones/pasajero, en el caso de Logroño apenas superaría los siete viajeros por despegue o aterrizaje mientras que en Pamplona alcanzaría los 35, en Zaragoza los 72 y en Bilbao subiría hasta 123.
Un mal verano
En relación a la actividad estival de Agoncillo, las cifras también se alejan mucho de la de los años prepandémicos, con un agosto sin apenas vuelos ni pasajeros (312). Ni en septiembre, mes habitualmente atractivo para las compañías y para los turistas por las oportunidades que brindan las fiestas de San Mateo, se ha recuperado el pulso viajero del recinto riojano.
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El pasado mes se subieron a un avión en Agoncillo 1.547 pasajeros frente a 2.219 que hicieron lo mismo en 2019 o 2.513 un año antes. Los meses de junio y julio también presentan datos significativamente inferiores a los de 2018 o 2019, con caídas que van desde el 25 al 35%.
Lejos de las previsiones
Las cifras, no solo mensuales sino globales, de Agoncillo están a años luz de las que el Plan Director del Aeropuerto de Agoncillo marcaba en 1998. Entonces, las previsiones pasaban por que en 2005 se llegasen a 238.000 pasajeros, en 2010 a 270.000 y en 2015 se superasen los 300.000. Con fortuna en este 2023 se podrá llegar a la vigésima parte de lo cifrado para 2015. En uno de los años más brillantes del aeródromo, el pasado 2007, los pasajeros que aterrizaron y despegaron de sus pistas llegaron a 56.000, así que los cálculos fueron errados.
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Desde Aena se defiende que Agoncillo no cuesta nada a los riojanos puesto que sus cuentas (en 2015 arrastraba una deuda de casi 80 millones) se engloban en las de la compañía, cotizada en bolsa, y que desde hace casi una década no desglosa los balances individuales. Así que es AENA la que asume las evidentes tensiones de caja que sufre. Pero mientras tanto, el aeropuerto sigue funcionando a la sombra de un entorno aéreo superpoblado pero sin peso específico para Agoncillo.
Praga, Múnich y Austria, en diciembre
Uno de los puentes que dará movimiento a Agoncillo será el de la Constitución. Tres ofertas diferentes ya están a la venta para los viajeros riojanos, con vuelos chárteres a Múnich, Praga e Innsbruck (Austria). Todas las combinaciones partirán el 6 de diciembre y retornarán a La Rioja el 10 de ese mes. Mientras tanto, salvo la conexión con Madrid y vuelos privados, no se prevé ninguna otra ruta especial en lo que queda de año.
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