«Admiro la convicción de los disciplinantes»

Ahora, y con motivo del proyecto iniciado el año pasado para la salvaguarda del patrimonio inmaterial, concretamente para la perdurabilidad de los 'picaos', Julio Grande, antropólogo y dedicado al medio rural, especializado en la investigación y documentación del patrimonio cultural y desarrollo rural, ha elaborado un estudio que recorre la historia de los disciplinantes y que ayuda a comprender mejor en qué consiste todo lo que rodea a la penitencia.

«Cuando hablamos de patrimonio inmaterial, no hablamos de protección, sino de salvaguarda, de las cosas que podemos hacer para que las comunidades que conservan estos bienes las puedan mantener y transmitir en el tiempo», indica Julio Grande, que además explica que «una de las parte del proyecto era abordar la investigación, la documentación y la difusión de en qué consiste esta celebración, para que sean conocidos por la mayor parte de la población».

El estudio en cuestión, cuyo tiempo de ejecución ha sido de aproximadamente ocho meses, como señala Julio Grande repasa la trayectoria de los disciplinantes, desde las primeras procesiones en Europa, su paso y desaparición en España, o cómo se ha mantenido en San Vicente con sus diferentes reglamentos y estatutos. «A finales del siglo XVIII, la disciplina entra en crisis y se prohiben estas manifestaciones. Sin embargo, en San Vicente, hubo un grupo de disciplinantes que se desligaron de la estructura oficial de la cofradía creando un grupo independiente y manteniendo la tradición, aunque fuera de los canales oficiales», detalla Grande.

El antropólogo declara que este Bien de Interés Cultural, «no corre riesgo de desaparición a corto plazo, pero si que podría peligrar con el devenir de los años. Por este motivo es importante explicar y que la gente entienda lo que es esta tradición».

Esta ha sido la finalidad de este estudio, la de la salvaguarda de los disciplinantes, que en palabras de Julio Grande, destaca «por haber sido tan universal», a pesar de que «ahora es una manifestación excepcional», y por «la convicción de los disciplinantes, la cual admiro».