La Administración riojana pone el termostato a 27 grados

En el caso del Consistorio logroñés, la normalidad fue la tónica que predominó en el ambiente en el primer día de aplicación de la norma. Tanto en el área de prensa, como en el de Alcaldía o de Administración, se cumplieron a rajatabla las medidas contempladas en el plan de ahorro energético.

Las ventanas permanecieron cerradas a cal y canto –salvo en los momentos en los que se procedió a ventilar el espacio– y los termómetros se fijaron en los 27 grados. De hecho, apenas se notaba el contraste con el calor que hacía en el exterior, ya que se podía transitar por las distintas estancias y, lo más importante, se podía trabajar con normalidad.

«Con la ventilación y el aire acondicionado puesto a 27º, se puede trabajar bien», aseguraba Sergio Tudelilla, administrativo del Ayuntamiento de Logroño, que consideraba que la nueva normativa podría aliviar un poco los bolsillos de los riojanos a la hora de abonar la factura de la luz. «Podría funcionar, ya que algo ahorraremos», valoraba a la par que consideraba que esta medida «no creo que sirva para combatir el cambio climático».